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Letra B

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BAAL

(POSEEDOR O SEÑOR).

Nombre usado en el Antiguo Testamento principalmente para referirse al dios de  la fertilidad de los → CANANEOS, cuyo culto se introdujo entre los hebreos (Nm 22.41; Jue 2.13; 6.28–32). Durante el reinado de Acab y Jezabel, 450 profetas de Baal y 400 sacerdotes de Astoret vivieron en el palacio; se puso gran empeño en erradicar el culto a Jehová (1 R 18). Cuando Elías mató a todos los profetas de Baal, no destruyó este culto (2 R 10.18–28). Siguió la lucha contra la tendencia de los israelitas hacia el culto a Baal y la promoción de la idolatría (2 Cr 21.5, 6, 11; 22.3). Joiada se opuso firmemente al culto a Baal. Destruyó los ídolos y altares, y dio muerte a los sacerdotes (2 R 11.17, 18). Sin embargo, una vez tras otra las imágenes y la adoración de Baal reaparecieron en Israel, sobre todo bajo el patrocinio de los reyes (2 Cr 28.2; 2 R 21.3). Con la reforma del rey Josías se eliminaron todos los vestigios de la idolatría (2 R 23.4, 5).

Los templos y altares de Baal se construían por lo general sobre lugares altos (Nm 22.41; Jer 19.5), rodeados a veces de numerosas imágenes de este dios, su esposa, Anat, y de otros dioses que componían el panteón cananeo. G.E. Wright ayuda a entender mejor en qué consistía la experiencia religiosa: «fundamentalmente, la religiosidad práctica era una combinación de fe, magia y superstición. La vida era un asunto desesperadamente serio, y era absolutamente necesario disponer de los medios adecuados para dominar las fuerzas que la rodeaban». «La religión», continúa diciendo Wright, «se centraba en torno a una variedad de actos regulados por largas listas de preceptos, cuyo objeto era llamar la atención de los dioses y lograr que hicieran prósperos los caminos del hombre. En tal religiosidad apenas había algo cuyo objeto fuera mejorar al individuo. La sociedad estableció sus leyes, que recibían una sanción religiosa, pero la atención se dirigía sobre todo hacia las acciones rituales, externas, capaces de lograr que los dioses se mostraran más favorables».

Ya que la religión de Canaán estaba marcada fuertemente por la fecundidad y el sexo, el culto consistía en lograr la fecundidad de los campos, animales y personas. Por eso, la prostitución de hombres y mujeres era común y se practicaba en varios centros de culto.

El culto a Baal frecuentemente acompañaba al culto de Astoret (Jue 2.12, 13), y había cerca una «Asera» (Jue 6.28–30; 1 R 16.32, 33). (ASTORET; ASERA; LUGARES ALTOS; MOLOC.) Cada

pueblo podía tener su propio Baal. Se les designaba con el nombre común de Baal combinado con el del lugar (p. ej., Baal-Gad, Baal-Hazor, etc.).

Baal también era nombre de un dios particular, p. ej., Bel-Merodac (Jer 50.2), ídolo de los babilonios y de los asirios; Baal-peor (señor de Peor) un ídolo de los moabitas (Nm 25.3, 5; Os 9.10) y Baal-zebub (señor de las moscas), dios de los filisteos (2 R 1.2).

Baal era nombre de varias personas en días primitivos de Israel (1 Cr 8.30, 33, 34; 9.39). Más tarde, cuando todo lo asociado con Baal llegó a ser blanco del ataque de los profetas, se prohibió usar el nombre como referencia a Dios y, podemos suponer, también a seres humanos (Os 2.16). En el Nuevo Testamento el nombre Beelzebú (el príncipe de los demonios, Mt 10.25; etc.), obviamente se deriva de Baal-zebub. (BAAL-ZEBUB.)

BAAL-BERIT

(SEÑOR DEL PACTO).

Dios cananeo por el que los israelitas «se prostituyeron» (PROSTITUCIÓN; IDOLATRÍA) después de la muerte de Gedeón. Su santuario se hallaba en Siquem (Jue 8.33; 9.4, 46). «Berit» quizás se refiera al pacto hecho entre los devotos y su dios.

BAAL-MEÓN

Ciudad que edificaron los rubenitas al este del Jordán (Nm 32.38), y el pueblo natal de Eliseo de acuerdo con la tradición. Tal vez se llamó antes Beón (Nm 32.3), y después Bet-baal-meón (Jos 13.17) y Bet-meón (Jer 48.23). Jeremías (49.23) y Ezequiel (25.9) la conocían como ciudad moabita, pero se ignora cuándo pasó a Moab.

BAAL-PEOR

Dios del monte. Peor en Moab. Israel tomó parte en el culto a la fertilidad que se le daba a este dios. Su participación provocó a Jehová y ocasionó la muerte de 24.000 israelitas (Nm 25; Dt 4.3; Sal 106.28; Os 9.10; 1 Co 10.8).

BAAL-ZEBUB

(SEÑOR DE LAS MOSCAS).

Dios filisteo cuyo santuario se hallaba en Ecrón. Ocozías, rey israelita, quiso consultarlo pero Eliseo se lo impidió (2 R 1.1–6, 16).

Baal-zebub quizás se refiera al dios que producía o prevenía la peste de las moscas. Es posible que su verdadero nombre fuera Baal-Zebul (señor elevado o señor príncipe), un dios bien conocido en los textos de UGARIT, y que los judíos, para burlarse de él, lo llamaran «señor de las moscas».

BAAL-ZEFÓN

(SEÑOR DEL NORTE).

Lugar cerca del cual acamparon los israelitas (Pihahirot) antes de cruzar el mar Rojo (Éx 14.2; Nm 33.7). El nombre es idéntico al de un dios cananeo adorado en Egipto y señala, sin duda, el centro de su culto, establecido para reforzar la defensa de la región.

BAANA

(HIJO DE AFLICCIÓN).

  1. Benjamita de Beerot, hijo de Rimón. Baana y su hermano Recab asesinaron en secreto a su amo, Is-boset hijo de Saúl, y llevaron su cabeza a David (2 S 1–12).
  2. Padre de Heleb, uno de los treinta valientes de David (2 S 23.29; 1 Cr 30).
  3. Hijo de Ahilud, uno de los doce gobernantes bajo Salomón (1 R 12).

Otros tres o cuatro de este nombre se encuentran en 1 R 4.16; Esd 2.2; Neh 3.4; 7.7; 10.27.

BAASA

Hijo de Jeroboam I. Tercer rey de Israel (ca. 909–886 a.C.). Antes fue general del ejército de Nadab. Mató a Nadab durante el sitio al pueblo filisteo de Gibetón y luego exterminó toda la casa de Jeroboam de acuerdo con la profecía de Ahías (1 R 14.7–11). Guerreó continuamente contra Asa, rey de Judá, y ocupó Ramá, 7 km al norte de Jerusalén, pero Asa, en alianza con Benadad de Damasco, recobró el territorio. Jehú profetizó contra Baasa por su pecado (1 R 16.1–7). Le sucedió su hijo → ELA.

BABEL

(PUERTA DE DIOS).

  1. Una de las ciudades que fundó Nimrod (Gn 10.8–10) en la tierra de Sinar (Sumer); BABILONIA.
  2. Torre construida en una llanura de la tierra de Sinar (Gn 11.1–9).

Se ha identificado con las ruinas de una torre escalonada (zigurat) de es-sahn, excavadas en 1913. Es la torre de un templo de siete pisos, con una altura de 90 m y una sólida base subterránea de unos 90 m por cada lado. En el piso más alto se hallaba un templo, o casa de bodas, de la divinidad, Marduc. La forma del zigurat se desarrolló en Babilonia ca. 3000 a.C, pero Gn 11 tal vez hable de un prototipo de fecha anterior.

Algunos comentaristas creen que la confusión de lenguas (v. 7) es universal y literal, explicando así el origen de la diversidad de idiomas; otros creen que el texto habla de un juicio local (DILUVIO). La confusión se puede interpretar también como un milagro del oído, como algunos lo hacen en el caso de Pentecostés. No hay indicios de un idioma escrito antes del de Sumer, ca. 3000 a.C. (el cual no tiene relación evidente con otros idiomas conocidos). Por eso es imposible ser dogmático en cuanto al origen y desarrollo de la variedad de idiomas. Pero, sí hay pruebas de la dispersión de los hombres (Gn 11.8s) mucho antes de la cultura sumeria.

Sin embargo, la enseñanza básica del pasaje no es del origen de los idiomas, sino del desarrollo del pecado humano. El desorden en el mundo internacional no figuraba en el plan original de Dios, sino que fue el castigo resultante por la rebelión del hombre. Los esfuerzos unificadores de este (sus obras) son siempre incompletos e insuficientes, y contrastan con la

obra salvadora de Cristo y con la ciudad de Dios que desciende del cielo (Ap 21.2). La variedad de idiomas y culturas ahora obstaculiza la comunicación y representa un juicio de Dios, pero seguirá en la eternidad (Ap 22.2) como bendición y oportunidad para expresión creativa de la gracia de Dios.

BABILONIA

(CIUDAD).

Antiquísima ciudad a orillas del Éufrates cuyo nombre hebreo es BABEL, y a la que se refiere la narración de Gn 11.1–9. Se han hecho varias expediciones arqueológicas a Babilonia, pero todas han tenido que limitarse a excavar los niveles más superficiales y por tanto  más recientes de la ciudad. En todo caso, debido a las referencias en varias inscripciones cuneiformes, se sabe que Babilonia existía ya en el tercer milenio a.C.

Babilonia era una ciudad de cierta importancia (ca. 2000 a.C.), pues servía de capital a una de las provincias del reino de UR. Poco después se independizó y sirvió de capital a un reino cuyo soberano más famoso fue HAMMURABI. Hacia el año 1595 a.C., los HETEOS la atacaron y tomaron, pero esto no destruyó su hegemonía en el sur de Mesopotamia. A principios del primer milenio a.C., al surgir el gran Imperio ASIRIO, este conquistó y se anexó a Babilonia. Sin embargo, su resistencia fue tal, que en 689 los asirios la destruyeron completamente. A pesar de ello, volvió a surgir de sus ruinas y continuó oponiéndose al poderío asirio.

En 608, desaparecido el poder de los asirios, Babilonia llegó a ser la capital del reino CALDEO. Fue esta la época más gloriosa de su historia, que terminó cuando en 539 a.C., CIRO dirigió a  los persas en la conquista del reino caldeo y Babilonia se rindió.

Cuando ALEJANDRO conquistó el Imperio Persa, Babilonia cayó en sus manos y allí fue donde el gran conquistador macedonio regresaría más tarde para morir. Su sucesor, Seleuco I, fundó sobre el Tigris, a poca distancia de Babilonia, la ciudad de Seleucia, que sería capital de su reino. A partir de entonces, la importancia de Babilonia comenzó a declinar. En tiempos neotestamentarios era solo una pequeña población. Poco después desapareció del todo y no quedaron más que sus ruinas, que aún testifican de la grandeza que una vez tuvo.

Como es natural, la configuración de Babilonia, que existió por casi 3000 años, varió mucho con el correr de los siglos. Su importancia, desde el punto de vista del estudio bíblico, es mayor durante los tiempos de Nabucodonosor. El esplendor de la ciudad en esa época era extraordinario y por ello los escritores bíblicos la llaman «la admiración de toda la tierra» (Jer 51.41), «la belleza de la excelencia de los caldeos» (Is 13.19), «la señora de los reinos» (Is 47.5) y «la grande» (Dn 4.30). Debido a las excavaciones arqueológicas, así como por el testimonio bíblico (Jer 51.58), sabemos que Babilonia era una ciudad fuertemente amurallada. Estaba construida en forma de rectángulo dividido de norte a sur en partes iguales por el Éufrates. La porción que se encontraba al este del río se conocía como la «antigua» ciudad, y a la parte occidental se le llamaba la «nueva», lo cual hace suponer que Babilonia originalmente se encontraba solo al este del Éufrates. Todo este rectángulo lo rodeaban dos murallas paralelas y un foso exterior también paralelo a las murallas. En época de Nabucodonosor II, se construyó otra muralla al este de la ciudad antigua para brindar mayor protección contra los ataques del enemigo. Las principales puertas de entrada, a través de las dos murallas paralelas, estaban ricamente adornadas con relieves hechos de centenares de lozas cuadradas. Los temas principales de estos relieves eran leones, toros y dragones.

Dentro de la ciudad el edificio más imponente era el templo de Marduc, al que quizás se refiere Génesis en la historia de la torre de BABEL. Este templo se encontraba casi en el centro de la ciudad, en la ribera oriental del Éufrates. El antiguo historiador Herodoto ha conservado para la posteridad una valiosa descripción del lugar.

Como toda gran ciudad, Babilonia no solo se distinguió por su prosperidad, sino también por su pompa y la laxitud de sus costumbres. Su idolatría resultaba repugnante a los escritores bíblicos. Además, fue la capital del gran imperio que durante largo tiempo rivalizó con Egipto la supremacía sobre Palestina y las regiones circundantes. Como esto culminó con la caída de Jerusalén y el cautiverio, y puesto que Babilonia era una ciudad dada a la idolatría, en el Antiguo Testamento son frecuentes las profecías en su contra (p. ej., Is 13.1–22 ; 14.22 ; 47 ; Jer 25 ; 50 ; 51 ; etc.).

Por consiguiente, en los primeros años de nuestra era judíos y cristianos tenían a Babilonia como encarnación de toda suerte de abominaciones. También se utilizaba para referirse a Roma, queriendo significar con ello no solo el inmenso poderío de dicha ciudad, sino también la corrupción e idolatría. En ese sentido se utiliza en 1 P 5.13, que parece referirse no a la

Babilonia histórica, sino a ROMA. También a Roma se refiere Ap 17–18, aunque no solo se trata de la gran ciudad y su imperio, sino de cómo encarnación de los poderes malignos que se oponen al Señor hasta el día postrero. Como en el Antiguo Testamento, una vez más se oponen Babilonia y Jerusalén, aunque ahora se trata de la confrontación final.

BABILONIA

(REGIÓN E IMPERIO).

El nombre de Babilonia se le da también a la región de límites imprecisos situada en el curso inferior de los ríos Tigris y Éufrates. Su centro es una llanura a la que algunos textos nombran como Sinar (Gn 10.10; 11.2; 14.1; Zac 5.11). Al este de Babilonia se encuentra la región montañosa de Elam. Sin embargo, puesto que la transición de la llanura a las montañas ocurre de manera paulatina, los límites entre Babilonia y Elam siempre dependieron del poderío militar de una u otra región.

Al oeste, Babilonia se extiende hasta el desierto de Arabia. Debido a que los babilonios rara vez se inclinaron a atravesar ese desierto, ya que había innumerables grupos nómadas que se dirigían a Babilonia a través de él, la influencia de estos pueblos nómadas sobre Babilonia fue grande a través de toda su historia. Sus límites hacia el sur y el norte no eran tan precisos. Durante la hegemonía de Babilonia se le daba ese nombre a todo el sur de Mesopotamia, que se extendía hacia el norte hasta las fronteras mismas de Asiria. Sin embargo, en otros tiempos, se distinguían de Babilonia propiamente dicha las regiones de sumeria y Caldea al sur, y las de Asiria y Mesopotamia al norte. (En la antigüedad, el término «Mesopotamia» por lo general no se aplicaba a toda la región entre el Tigris y el Éufrates, sino a una zona mucho más pequeña que se encontraba entre el Tigris y el Zab.)

La civilización babilónica es una de las más antiguas en el Cercano Oriente; los sumerios ya habitaban Babilonia mil años antes de Abraham. Allí se encontró la escritura más antigua conocida; ese fue el inicio de la escritura cuneiforme en la que más de 500 figuras simples representaban, en un inicio, objetos e ideas y, más tarde, sílabas. Antes del año 2000 a.C. sus artesanos ya hacían joyería en oro y plata, armas de bronce y cobre y estatuas.

Las condiciones geográficas de Babilonia determinaron en gran medida el modo de vida de sus habitantes. Los ríos Tigris y Éufrates, con sus inundaciones periódicas (aunque no tan precisas y abundantes como las del Nilo), permitían la irrigación de una vasta región mediante toda una red de canales y compuertas. De este modo Babilonia llegó a ser una de las regiones más fértiles del mundo. Como la piedra era escasa, los babilonios construían sus edificios con ladrillos que a menudo solo amontonaban unos sobre otros, aunque otras veces los unían con barro o algún material semejante. Por esta razón la mayoría de sus enormes construcciones, que una vez asombraron al mundo, han quedado reducidas a ruinas. La topografía de la región también la dejaba abierta a múltiples situaciones, de modo que en Babilonia vivieron, a través de los siglos, diversos pueblos y se hablaron varios idiomas, como el sumerio, el arameo y otros.

En tiempos de su mayor extensión, las ciudades más importantes de la región babilónica eran, además de Babilonia: → UR, de donde partió Abraham en su peregrinación (Gn 11.27– 31); → EREC (Gn 10.10); Nipur, que data de la época de la hegemonía sumeria, y en la que se han hecho importantísimas excavaciones; y CUTA, de donde se dice que procedían algunas de las personas que Sargón II utilizó para repoblar Samaria después de tomarla (2 R 17.24).

Cuando aparecen los primeros registros históricos, Babilonia se encontraba dividida en una serie de ciudades, cada una con su rey, que a menudo chocaban y se disputaban la hegemonía. Esta situación desapareció cuando Sargón de Acad o Agadé logró unificar por primera vez toda la Mesopotamia del sur bajo un solo rey (al menos, las antiguas leyendas le atribuyen este gran logro). En todo caso, el poderío de Agadé no duró mucho, pues cuando los pueblos de las montañas invadieron la llanura, lo destruyeron. Poco después Ur logró establecer su poderío sobre toda la región, aunque solo para perderlo a causa de una invasión elamita. Surgieron entonces tres dinastías simultáneas en Isín, Larsa y Babilonia, hasta que HAMMURABI, rey de Babilonia, logró imponer su poderío y organizar la región en un vasto imperio en el que las demás ciudades quedaron relegadas al rango de capitales provinciales. Sus sucesores no pudieron retener el imperio que este formó, sino que vieron limitado su poder cada vez más hasta que los HETEOS tomaron a la misma Babilonia.

La segunda y tercera dinastías de Babilonia ocupan un período de alrededor de 600 años.

Durante ellas Babilonia no logró reafirmar su poderío y de ellas se sabe muy poco.

La tercera dinastía la destruyó una invasión elamita. Fue durante la cuarta dinastía, bajo NABUCODONOSOR I, cuando Babilonia comenzó a restablecerse de su decadencia, aunque muy lentamente. Este proceso se interrumpió en el siglo VIII a.C. cuando ASIRIA logró establecer su poderío sobre toda Mesopotamia. El Imperio Asirio duró poco más de un siglo. Su capital, Nínive, la tomaron los medos en 606 a.C. Aprovechando esta coyuntura, Babilonia se independizó bajo una dinastía procedente del sur de la región, de CALDEA.

De ahí que a menudo se da el nombre de «Caldea» al reino neobabilónico que sucedió a  Asiria en el dominio de Mesopotamia. El más importante de los reyes caldeos fue Nabucodonosor II. El último de ellos fue Nabonido, cuyo hijo BELSASAR gobernaba representativamente la ciudad de Babilonia cuando la tomó DARÍO.

Con la caída de Nabonido termina la historia independiente de Babilonia. Desde entonces pasó a formar parte del Imperio Medo-Persa. Cuando Alejandro derrotó a los persas, quedó unida a su imperio y luego pasó a manos de su sucesor Seleuco I. Al resurgir el Imperio Persa, Babilonia quedó supeditada a él, para que luego la conquistaran los musulmanes. El período de la civilización babilónica que más interesa al estudioso de la Biblia se discutirá aparte bajo el título de «Caldea» (véase 2 R 23–24).

La religión de los babilonios era politeísta hasta el punto de que son más de 2.500 los nombres de sus dioses. A los dioses se les representaba mediante imágenes, por lo general de forma humana, en las que se creía que residía el dios representado. Los hombres se creían dirigidos por un destino prefijado y no había esperanza de una vida después de la muerte (UR).

BAHURIM

Pueblecito o suburbio de Jerusalén al nordeste del Monte de los Olivos. Simei, enemigo de David, vivía en Bahurim (2 S 16.5–13; 19.16–23; 1 R 2.8). Pero también había amigos de David en Bahurim (2 S 17.16–21; cf. 3.12–16).

BAILE

Movimientos cadenciosos del cuerpo, casi siempre acompañados con música.

Entre los griegos el baile o danza formaba parte de la educación nacional. En algunas tumbas egipcias se conservan escenas de banquetes con intervención de bailarinas. Entre los hebreos se utilizaba el baile para celebrar efemérides nacionales (Éx 15.20, 21), para recibir a los héroes (Jue 11.34; 1 S 18.6) y para manifestar regocijo por alguna bendición especial (2 S 6.14; Jer 31.4, 13; Lc 15.25). También figuraba en los servicios religiosos y actividades relacionadas con expresiones de la fe (Sal 149.3; 150.4).

BALAAM

(DEVORADOR O GLOTÓN).

Vidente famoso, hijo de Beor, que vivía en Petor de Mesopotamia. Según Jud 11, es ejemplo de un hombre religioso que sucumbe ante la tentación de la avaricia (Nm 22.1–20).

Cuando Balac, rey de Moab, le pidió maldecir a los israelitas, Balaam consultó inmediatamente a Jehová, quien le prohibió hacerlo (Nm 22.8–13). Al llegar otros emisarios de Balac con la misma petición, Balaam les reiteró la negación de Dios (Nm 22.18). No obstante, volvió a consultar a Jehová. Esta vez Dios le dijo: «Vete con ellos; pero harás lo que yo te diga».

Camino a Moab un ángel intentó obstruirle el paso. Balaam no lo vio, pero su asna sí, y Dios la hizo hablar para reprender al profeta. Su avaricia lo llevaba por un camino peligroso. Balaam confesó que había pecado, pero siguió adelante según le indicó el ángel (Nm 22.34ss).

Balaam es también ejemplo de cómo un pecador puede ser, en contra de su voluntad, un instrumento de Dios para declarar un mensaje. Balaam y Balac subieron a cuatro colinas (Nm 22.39, 41; 23.14, 28) desde las que se dominaba el campamento israelita, procurando, en sentido figurado, franquear los muros de salvación (Is 60.18) que Jehová puso alrededor de su pueblo. En cada una de las colinas Balaam ofreció sacrificios y, bajo la inspiración de Dios, profetizó con respecto a Moab, Israel y el propio Mesías (Nm 24.17; Ap 22.16).

Balaam volvió a su casa (Nm 24.25) y, privado ya de la presencia de Dios, dio malos consejos a Balac (Ap 2.14), con lo que ocasionó la muerte de 24.000 israelitas (Nm 25.9). Hubo después una guerra de represalia entre Israel y Madián en la que Balaam murió (Nm 31.8; Jos 13.22).

BALAC

(DEVASTADOR).

Rey de MOAB en el tiempo del éxodo. Iba a atacar a Israel (Jos 24.9), pero luego optó por otra estratagema. Para salvaguardarse contra una invasión aplastante contrató al vidente → BALAAM para que maldijera a Israel (Nm 22–24; Jos 24.10).

Cuando mediante encantos no logró su propósito, siguió el mal consejo de Balaam y, a través del culto inmoral de su religión, pudo debilitar a Israel (Nm 25; Miq 6.5; Ap 2.14).

BALANZA

Aparato para pesar dinero, granos y otros valores (Gn 23.16; 43.21; Job 31.6). Había varios tipos de balanzas. Las más primitivas consistían en una barra horizontal y cuerdas en los extremos con platillos para sostener el objeto a pesar.

Al principio, las PESAS eran piedras de distintos tamaños. Más tarde se hicieron de cobre o hierro. Era posible pesar con bastante precisión, pero también era fácil engañar.

El uso de balanzas falsas era un mal que los profetas condenaban, lo cual indica que era problema común (Lv 19.36; Pr 11.1; 16.11; 20.23; Am 8.5; Miq 6.11; Os 12.7).

Según los legisladores, profetas y maestros, el uso de balanzas justas era prueba de rectitud.

La balanza aparece en lenguaje figurado en Sal 62.9; Job 6.2; 31.6; Is 40.12, 15; Dn 5.27.

BALSAMERA

Reina-Valera traduce así bakha en 2 S 5.23, 24; 1 Cr 14.14, 15. En Sal 84.6 lo traduce

«lágrimas». La identificación de bakha con balsamera es imposible pues estas solo crecen en el sur de Arabia. Sobre la base del contexto otros la identifican con el álamo temblón, cuyas hojas se mueven con facilidad al impulso del viento.

BÁLSAMO

En cinco ocasiones Reina-Valera traduce el hebreo tsoriy por bálsamo. En Ez 27.17 lo traduce resina. No se ha podido identificar con certidumbre, pero se supone que sea algún tipo de resina aromática. Era un producto de comercio internacional (Gn 37.25; 43.11; Ez 27.17). Galaad era centro de este comercio (Jer 8.22). Sin embargo, en Galaad no hay planta que produzca resina que tenga las propiedades medicinales atribuidas al bálsamo (Jer 46.11; 51.8). Quizás el bálsamo se producía en otra parte y lo llevaban a Galaad las caravanas de especias o tal vez se trataba de otra planta. En una ocasión (Sal 141.5), Reina-Valera traduce el hebreo shemen por bálsamo (ACEITE).

BAMA, BAMOT

(LUGAR ALTO; BAMOT ES EL PLURAL DE BAMA).

Nombre de centros de culto idólatra (IDOLATRÍA; ÍDOLO).

  1. Lugar no identificado, mencionado en Ez 29.
  2. Lugar cerca de Moab, por donde pasaron en su peregrinación los israelitas (Nm 21.19, 20). Quizás sea el mismo Bamot-baal adonde Balaam subió para maldecir a Israel (Nm 22.41; cf. Jos 13.17).

BANCO

El concepto de banco no se halla en el Antiguo Testamento en el sentido de institución para custodiar el DINERO de individuos o dar crédito comercial. El palacio y el templo eran los depositarios de la riqueza nacional (1 R 14.26). Aunque existía el sistema bancario en Babilonia desde 2000 a.C., los judíos no lo adoptaron sino hasta el período del destierro (Ez 18.8, 17; 22.12). Su aversión sin duda se debía a la estricta prohibición de la usura en el Antiguo Testamento.

La palabra traducida por banco en Lc 19.23 literalmente quiere decir «mesa». Tal nombre se debe seguramente a que sobre tal mueble acostumbraban trabajar los banqueros (cf. Mt 25.27). Algunos banqueros trabajaban como CAMBISTAS.

El «banco de los tributos públicos» (Mt 9.9) era la oficina aduanera del PUBLICANO, en este caso de MATEO.

BANDERA

Emblema militar nacional. Al igual que hoy, en tiempos antiguos se usaba para funciones militares y litúrgicas. Después que los israelitas salieron de Egipto, las tribus se identificaban por su respectiva bandera y se agrupaban alrededor de ella (Nm 1.52; 2.2, 3, 10, 17, etc.). Jeremías 4.21 usa la bandera como símbolo de la guerra que desea ver terminada.

La palabra bandera se usa en sentido figurado. La amada puede morar bajo la bandera del amor de su amado (Cnt 2.4). Los fieles alzarán bandera en el nombre de Dios (Sal 20.5). La bandera es punto de reunión y llama a los hijos de Dios para ampararse en su sombra y salir a luchar bajo su insignia (Éx 17.15; Is 11.12; Sal 60.4). En Is 11.10 al Mesías se le llama «pendón».

BARAC

(RELÁMPAGO).

Hijo de Abinoham de Cedes de la tribu de Neftalí (Jue 4.6, 12). Dios le ordenó por medio de la profetisa DÉBORA que liberase a Israel del yugo de JABÍN, rey de Canaán. Asegurándose primero la ayuda de Débora, reunió diez mil personas y acampó en el monte TABOR.

Quebrantó a SÍSARA y al ejército de este (Jue 4.15). Esta victoria se detalla en el célebre cántico de Débora y Barac (Jue 5.1–31). Barac se cuenta entre las personas de fe (Heb 11.32).

BARBA

Para los israelitas y sus vecinos la barba era un adorno. Destacaba la virilidad y la dignidad masculinas (Sal 133.2), por lo que se esmeraban en cuidarla. La dejaban crecer larga y poblada. Los hombres se saludaban tomando con la mano derecha la barba del amigo íntimo y besándola (2 S 20.9). Afeitarse la barba o cubrirla era señal de humillación, pesar o luto (Is 15.2; Jer 41.5; 48.37). Raparle la barba a otro era deshonrarlo (2 S 10.4–14; Is 7.20). Para prevenir a los israelitas contra las prácticas idólatras, Dios les ordenó que no se cortasen la punta de la barba (Lv 19.27b). Los leprosos debían cubrirse la barba (Lv 13.45, BJ). A diferencia de los hebreos, según Herodoto, los egipcios mantenían la barba solo como señal de duelo, de ahí que cuando liberaron a José de la cárcel, tuvo que cortársela antes de comparecer ante Faraón (Gn 41.14). (PELO.)

BÁRBARO

(BALBUCEANTE, TARTAMUDO).

Transcripción griega de una voz sánscrita usada para referirse a una persona que emitía sonidos sin sentido, o que hablaba ininteligiblemente. Al principio, los griegos llamaban bárbaros a los que no hablaban griego, sin darle sentido despectivo (Ro 1.14; Hch 28.2ss, griego). Más tarde «bárbaro» se aplicó a todo lo no helénico (Col 3.11) o al que se expresaba incomprensiblemente (1 Co 14.11).

De un modo u otro, bárbaro se ha usado para designar a quienes una cultura dominante consideran inferiores. Esto significa que el uso del término en sí está cargado de un sentido negativo.

BARBECHO

Tierra revuelta con arado y rastrillo, pero dejada sin sembrar para que recupere su fertilidad. La Ley (Éx 23.11) mandaba que el hebreo dejara su tierra en barbecho un año de cada siete, enseñando así que la tierra en verdad pertenecía a Dios (Os 10.12). Sin embargo, no hay pruebas de que esta práctica fuera común en Israel (véase Lv 26.33s). (JUBILEO)

BARCA

Ver. NAVES, BARCOS.

BARJESÚS 

Ver. ELIMAS.

BARRABÁS

(EN ARAMEO, HIJO DEL PADRE O MAESTRO).

Contemporáneo de Jesucristo, al que algunos manuscritos de Mt 27.16 identifican, con cierta probabilidad, como «Jesús Barrabás». Todos los Evangelios lo mencionan al narrar el proceso de Jesús ante Pilato, pero con terminología algo diferente (Mt 27.20s; Mc 15.15; Lc 23.18; cf. Hch 3.14; Jn 18.40). Para Juan es un bandido o terrorista, pero Marcos y Lucas asocian su crimen de homicidio con cierta insurrección realizada en la ciudad. Mateo destaca la notoriedad del preso.

Para comprender la liberación de Barrabás como el indultado escogido a causa de la Pascua, es preciso recordar que Pilato, conocedor de la anterior popularidad de Jesús entre el pueblo, quiso salir de su dilema apelando a la turba con el fin de anular la sentencia del sanedrín. No comprendió que Jesús había perdido su prestigio ante la multitud. Los consejeros judíos ya podían apoyarse en la turba y de ahí el grito popular: «¡Fuera con este, y suéltanos a  Barrabás!» (Lc 23.18).

Si la «insurrección» tenía visos de resistencia contra los romanos, la trágica elección de la turba cobra cierto tono patriótico. Barrabás llega a ser ejemplo de la liberación por expiación vicaria.

BARRO

Lodo o mezcla usada en la construcción de edificios y casas habitables, en alfarería y trabajos de arte. Se hacía con elementos de varias clases: tierra, arena, ceniza y cal. Para amasarlo bien se majaba con los pies (Is 41.25). Con un molde rectangular, se hacían ladrillos de barro o arcilla reforzada con paja (Éx 5.6–19) y se ponían a secar al sol (Gn 11.3; Éx 1.14; Nah 3.14). Con estos construían casas (Job 4.19; 33.6).

Para la elaboración de diversos utensilios, luego de hacer la mezcla, se amoldaba sobre una rueda y después se cocía en un horno (Jer 18.3; 43.9). En vez de lacre, se usaba el barro para sellar (Job 38.14).

En sentido figurado la Biblia lo aplica al hombre por comparación con Dios, y a las cosas de poco valor o despreciables. En Is 64.8 y Ro 9.21 se alude al arte del ALFARERO para denotar la dependencia que el hombre tiene de Dios. Todo lo que es se lo debe al Creador, por eso debe acatar sumiso las disposiciones divinas.

BARSABÁS

(EN ARAMEO, HIJO DE SABÁS).

Apellido de dos personas del Nuevo Testamento:

  1. José Barsabás, uno de los primeros discípulos, quizás de los setenta (Lc 10.1), y uno de los dos candidatos propuestos para llenar la vacante que dejó Judas (Hch 23–26).
  2. Judas Barsabás, profeta y cristiano distinguido, comisionado con Silas, Pablo y Bernabé para llevar a Antioquía la decisión del CONCILIO en Jerusalén (Hch 15.22–23). Probablemente José y Judas eran hermanos.

BARTIMEO

(EN ARAMEO, HIJO DE TIMEO).

Mendigo ciego al que Jesús le devolvió la vista (Mt 10.46–52). A pesar de ciertas variantes en los detalles del milagro, Mt 20.29–34; Mc 10.46–52 y Lc 18.35–43 tratan del mismo incidente. Según Lucas, Jesús pasó la noche en la casa de Zaqueo (quizás en las afueras de Jericó), lo que significa más que solamente atravesar la ciudad, y podría explicar que el milagro se haya realizado «al entrar», según Marcos y Lucas, y «al salir», según Mateo. Otros han pensado que las referencias al trayecto de Jesús han de entenderse o en relación con la antigua ciudad o con la nueva.

A diferencia de Lucas, que solo menciona «un ciego junto al camino», y de Mateo, que alude a dos ciegos, Marcos conserva el nombre de Bartimeo. Sin duda este último evangelista lo nombró porque Bartimeo era conocido entre los círculos para los que escribió y por las circunstancias especiales que rodearon el milagro.

BARTOLOMÉ

(EN ARAMEO, HIJO DE TALMAI).

Uno de los doce apóstoles según Mt 10.3. Juan, al referirse al colegio apostólico, nombra a → NATANAEL y no a Bartolomé (1.45–51; 21.2). Esto hace suponer que se trata de una misma persona. Se menciona en el aposento alto entre los otros discípulos (Hch 1.13).

BARUC

(BENDITO).

  1. Secretario y discípulo de Jeremías que consignó por escrito parte de las profecías de este (Jer 36), y mereció su confianza, gratitud y bendición (Jer 32.12–16; 45.5). Emparentado con funcionarios de prominencia en la corte de Sedequías (Jer 51.59), tal vez abogó a favor del profeta. Acusado de favorecer a los caldeos, lo obligaron a emigrar a Egipto con Jeremías. Algunas tradiciones (Jerónimo) hablan de un posterior traslado a Babilonia. El judaísmo tardío le adjudicó varios libros deuterocanónicos y seudoepígrafos: El libro de Baruc, El apocalipsis siríaco de Baruc y El apocalipsis griego de Baruc, provenientes, sin embargo, de los siglos I y II d.C.
  2. Hijo de Colhoze, uno de los que reconstruyeron Jerusalén y firmaron el pacto de guardar la Ley (Neh 10.6; 11.2, 5).
  3. Hijo de Zabai, otro de los que reconstruyeron la ciudad luego del cautiverio (Neh 20).

BARZILAI

(HOMBRE DE HIERRO).

  1. Padre de Adriel, yerno de Saúl (1 S 18.19; 2 S 8).
  2. Galaadita que envió provisiones a David cuando este huía de Absalón (2 S 17.27ss). Cuando David regresó, Barzilai le acompañó hasta el Jordán; por su avanzada edad no continuó hasta Jerusalén. En sus últimas palabras a Salomón, David le mandó que tratase con bondad a la familia de Barzilai (1 R 7).
  3. Sacerdote que se casó con una descendiente del anterior (Esd 2.61; Neh 63).

BASÁN

Región de la Jordania septentrional, al este del río Jordán. Surcada por el río Yarmuk y sus numerosos afluentes, es una de las regiones más ricas de las tierras bíblicas. Era célebre por la hermosura de sus campos (Sal 68.15), sus magníficas encinas (Is 2.13), su saludable ganado y ricos cultivos (Dt 32.14; Ez 39.19; Am 4.1).

En los días de la conquista de Canaán, a Basán la gobernaba el rey Og (Nm 21.33; Dt 1.4; 3.3, 4, 10, 11; etc.). La tierra de Basán pasó a ser posesión de los rubenitas, gaditas y la media tribu de Manasés (Jos 12.4–6). En total, la región se componía de 60 ciudades (Jos 13.30). La región sufrió posteriores dominaciones (1 R 4.13; 2 R 10.32, 33; 13.25). En la actualidad forma parte del reino del Jordán.

BASEMAT

(QUIZÁS DE LA RAÍZ SEMÍTICA BSM, FRAGANTE).

  1. Hija de Ismael y esposa de Esaú (Gn 3). Tal vez sea la misma Basemat «hija de Elón

heteo» de Gn 26.34, aunque según Gn 36.2, Elón era padre de Ada, otra esposa de Esaú. En Gn 28.9 la hija de Ismael con que se casó Esaú se identifica como Mahalat.

  1. Hija de Salomón (1 R 15).

BATO

La más grande de las MEDIDAS hebreas para líquidos. En tamaño equivalía a la efa (medida para áridos, 1 R 7.26; Ez 45.11). Las autoridades difieren mucho en cuanto a su equivalencia en medidas modernas: desde 46, 5 a 21 litros (NBD). Josefo la estimó en 9 galones.

La palabra española viene del vocablo griego batos, que se traduce por «barriles» en Lc 16.6.

BAUTISMO

La acción del bautismo se  expresa  en  el  Nuevo  Testamento  con  el  verbo  griego (intensivo de bápto), y sus derivados, que significa introducir en el agua, sumergir o lavar con agua.

ORIGEN

Los baños y LAVAMIENTOS sagrados eran comunes en las religiones vecinas a Israel a.C., pero el bautismo del Nuevo Testamento tiene sus antecedentes inmediatos en el Antiguo Testamento y el judaísmo intertestamentario. La Ley prescribía varios  lavamientos con agua   ( Éx 29.4 ; 30.20 ; 40.12 ; Lv 15 ; 16.26 , 28 ; 17.15 ; 22.4 , 6 ; Nm 19.8 ; etc.), y también los

profetas hablaron de lavamientos presentes ( Is 1.16 ; cf. Sal 51.2 , 7 ) y futuros ( Is 52.15 , RV- 1909; Ez 36.25 , 26 ; Jl 2.23 , 28 ; Zac 13.1 ; etc.; cf. 1 Co 10.2 ).El bautismo se prescribió a los prosélitos (quizás a.C.) para incorporar a los gentiles en la comunidad judaica. También lo practicaron los ESENIOS

SIGNIFICADO

El bautismo en el Nuevo Testamento es la puerta de entrada a la comunidad del nuevo →

PACTO, que permite a los que pasan por ella experimentar los beneficios de dicho pacto.

Juan el Bautista insistió en que se bautizaran los judíos. Cristo se sometió al bautismo con el que inició su identificación pública con los pecadores, identificación que culminó en la cruz (Mt 3; Mc 1.9–11; Lc 3.1–22; Jn 1.19–34; cf. Mc 10.38, 39).

Como señal inicial para el miembro agregado al PUEBLO del nuevo pacto, el bautismo reemplazó a la CIRCUNCISIÓN (Col 2.11, 12) y llegó a implicar tanto los requisitos como los beneficios del pacto.

Juan el Bautista insistía en el ARREPENTIMIENTO (que incluía una confesión pública de pecado) y les prometía a los bautizados el PERDÓN de sus pecados. El bautismo cristiano vino a señalar un segundo beneficio básico: el don del ESPÍRITU SANTO y su poder regenerador (Mc 1.8; Hch 1.5; 2.38; 10.47; cf. Jn 3.5; Tit 3.5). Al igual que la circuncisión (Ro 4.11), al bautismo le precedía (al menos en el caso de los adultos) la fe (Hch 8.12, 13; 16.31–34; 18; etc.). Cristo lo instituyó en obligatorio para todos sus discípulos (Mt 28.19).

Pablo utilizó los requisitos y beneficios del bautismo para combatir varios problemas de las nuevas iglesias. En Gálatas combatió el legalismo afirmando que el entendimiento del bautismo era señal de la JUSTIFICACIÓN por la fe (3.24–27). En Romanos, al condenar el LIBERTINAJE, insistió en que una recta comprensión del bautismo excluía el abuso de la abundante gracia de Dios y exigía la más dura lucha contra los deseos pecaminosos (6.1–14; cf. Mc 1.12, 13). En Romanos 6 también se destaca que mediante el bautismo se identifica el creyente con Cristo, tanto en su muerte como también en su resurrección.

A las divisiones carnales de los corintios el apóstol opone el bautismo como señal de la unidad cristiana (1 Co 1.13–17; 12.13; cf. Ef 4.5 y Gl 3.27, 28). Cuando a los colosenses los atrajo un tipo de GNOSTICISMO que les prometía salvación por un conocimiento secreto, Pablo les recordó el bautismo que le unió a Cristo, fuente de la plenitud de la sabiduría de Dios. También se refirió al bautismo en su consejo matrimonial (Ef 5.26) y para promover el celo en hacer buenas obras (Tit 3.5).

Pedro menciona el bautismo con respecto al problema de las conciencias intranquilas a  causa de la persecución (1 P 3.21) y el autor de Hebreos para estimular a la oración (10.22).

La mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que el bautismo común en la iglesia primitiva era por inmersión, aunque reconocen también que la palabra empleada en el mandamiento tiene a veces un sentido más amplio y general (p. ej., Lc 11.38).

El problema práctico más agudo relacionado con este tema es el del bautismo de los párvulos hijos de creyentes. Algunos enseñan que se deben esperar hasta que los hijos hagan su propia confesión de fe, porque no consta en el Nuevo Testamento que se bautizaran a los niños. Otros opinan que la unidad del pacto y la analogía de la circuncisión justifican el bautismo de los niños de creyentes, como expresión de la fe de los padres, sujeta, desde luego, a la posterior confirmación de los hijos mismos.

Relacionado con lo anterior, está el problema del significado preciso del bautismo.

Por ejemplo, ¿es el bautismo un acto humano de confesión, puramente simbólico? ¿Es un acto divino, sacramental, por el cual Dios comunica su gracia y presencia personal mediante la fe como en el caso de un sermón? ¿Puede ser un instrumento por el que Dios crea la fe y salva al individuo? Los textos bíblicos citados en esta discusión se han interpretado de varias maneras (Mc 1.8; Jn 3.5; Hch 2.38; 10.47; 1 Co 1.17; Ef 5.26; Tit 3.5, 6; 1 P 3.21).

Aunque el interés natural del lector moderno casi inevitablemente gira en torno a los problemas de interpretación en los diversos sectores del cristianismo, es importante notar que el Nuevo Testamento, como se ha señalado, subraya otros aspectos del bautismo.

BECERRO

Torito o hijuelo de vaca. Animal limpio cuya carne se usaba para ocasiones especiales (Gn 18.7, 8; Lc 15.23, 27, 30; cf. «ternero» en 1 S 28.24 y «novillo» en Am 6.4). Se empleaba mucho en los SACRIFICIOS (Lv 9.2, 3, 8; Miq 6.6; Heb 9.12, 19). Los pies de los seres vivientes que vio Ezequiel eran como los del becerro (1.7). En Ap 4.7 el segundo ser viviente es semejante a un becerro.

En dos ocasiones los israelitas rindieron culto al becerro. La primera fue al pie del Sinaí mientras Moisés recibía la Ley de Jehová. La fiesta que acompañó el culto fue orgiástica y provocó la ira santa de Moisés (Éx 32; cf. Dt 9.16, 21; Neh 9.18; Sal 106.19, 20; Hch 7.41). Entre los pueblos de todo el Oriente, el toro simbolizaba divinidad debido a su fuerza y fecundidad. Uno de los dioses principales de Egipto era Apis, el toro sagrado. Es probable, pues, que los israelitas hayan aprendido este culto mientras vivían en Egipto.

La segunda vez que esta idolatría se practicó fue en el siglo X a.C. (después de la división del reino de Israel), en el reino del norte. El primer rey de Israel, JEROBOAM I, estableció en Bet-el y en Dan dos becerros de oro como centros de culto para evitar que el pueblo fuera a Jerusalén a adorar (1 R 12.28–32; 2 R 17.16; 2 Cr 11.14, 15; 13.8).

Los dioses BAAL y HADAD se representaban parados sobre toros. Algunos opinan que Jeroboam quería que los becerros sirviesen como pedestales sobre los que el invisible Jehová estaría entronado. Oseas condenó el uso de estas imágenes en la adoración (8.5, 6; 13.2).

BEDELIO

(DEL HEBREO BEDOLA).

La mayoría de los estudiosos aceptan que se trata de una resina aromática, amarillenta, transparente, cerosa y plástica. Otros sostienen que es una piedra preciosa o una perla (así lo interpreta la LXX). Se menciona dos veces en el Antiguo Testamento: Gn 2.12, en la descripción del Edén, y Nm 11.7 en la descripción del color del maná.

BEEL-ZEBÚ

Ver. BAAL-ZEBUB.

BEER

(POZO O CISTERNA).

  1. Lugar desierto al norte del río Arnón, donde Dios proveyó de agua a los israelitas en un pozo que cavaron los príncipes del pueblo, acontecimiento que se celebró poéticamente (Nm 21.16–18). El sitio exacto se desconoce. Quizás sea el Beer-elim de Is 8.
  2. Lugar a donde huyó Jotam «por miedo de Abimelec su hermano» (Jue 9.21). Sitio desconocido.

BEEROT

(POZOS).

  1. Estación en la peregrinación de los israelitas, a unos 40 km al norte de Cadesbarnea (Dt 10.6; Nm 31).
  2. Una de cuatro ciudades que hicieron la paz con Josué mediante una estratagema engañosa (Jos 9.3–17). Más tarde, los habitantes de Beerot emigraron a Gitaim por motivos desconocidos (2 S 4.3), después de lo cual, según parece, la habitaron los benjamitas. Era el pueblo de Recab (2 S 4.1–12) y de Naharai, escudero de Joab (2 S 23.37; 1 Cr 11.39; cf. Esd 2.25; Neh 7.29). Beerot se hallaba casi a 6 km al sudoeste de Bet-el.

BEERSEBA

Nombre dado a un pozo importante y a un poblado y distrito (Gn 21.14; 26.33; Jos 19.2). La ciudad actual de Beerseba se encuentra a unos 78 km al sur de Jerusalén y a medio camino entre el Mediterráneo y el mar Muerto, a unos 3 km al oeste del sitio original. Allí se hallan varios pozos, el mayor de ellos tiene 4 m de diámetro y 13 de profundidad. Para cavarlo hubo que cortar más de 5 m de roca sólida. El significado del nombre se da en Gn 21.31: «pozo de siete» o «pozo del juramento».

Los patriarcas estuvieron muy asociados con este lugar: allí vivió Abraham por algún tiempo (Gn 22.19); de allí salió para ir a sacrificar a Isaac. Este último vivía allí cuando Jacob salió para ir a Mesopotamia (Gn 28.10). Jacob se detuvo allí en su viaje a Egipto cuando iba en busca de José. En la partición, Beerseba le correspondió a Simeón y pasó después a ser posesión de Judá (Jos 19.2). En Am 5.5 y 8.14 se indica que el lugar se convirtió en centro de indeseables actividades religiosas. En tiempos de Nehemías se rehabilitó (11.27).

BEHEMOT

Forma plural de una palabra hebrea. Aparece nueve veces en el Antiguo Testamento, transcrita en Job 40.15 y traducida las otras veces de diferentes maneras (Dt 32.24; Job 12.7; Sal 49.12, 20; 50.10; 73.22; Jer 12.4). Generalmente significa «bestias», «animales» o «ganado». Sin embargo, en Job 40 behemot parece referirse al hipopótamo del Nilo, animal enorme que alcanza hasta 4 m de longitud, de piel desnuda muy gruesa y de cabeza gigantesca. En el discurso de Jehová en Job 40, es símbolo del poder creador de Dios.

BEL

Dios supremo de Babilonia al que los hebreos llamaban «Merodac». Era el dios del sol y su hijo era Nebo (Is 46.1). Para los profetas, la caída de Babilonia aseguraba también el fin de Bel (Jer 50.2; 51.44). En la obra apócrifa, Bel y el dragón, el profeta Daniel expone la falsedad de los dos dioses principales de los babilonios. (MERODAC; APÓCRIFOS)

BELÉN

(EN HEBREO, CASA DE PAN).

  1. Ciudad de Judá, situada a unos 8 km al sudoeste de Jerusalén, cerca a la vía que une esta ciudad con Hebrón. En un principio a Belén se le conoció como Efrata, cerca del lugar donde sepultaron a Raquel (Gn 35.19; 48.7). Los levitas de los incidentes relatados en Jue 17 y 19 fueron de Belén. La mayoría de los hechos en el libro de Rut tienen a Belén como escenario (Rt 1.1, 2, 19–22; 2.4; 4.11).

En el Antiguo Testamento a Belén se le conoce más como la ciudad de David. Allí tuvo su hogar David (1 S 17.12, 15; 20.6, 28) y lo ungió Samuel (1 S 16.1, 4ss).

También llegó a ser el lugar de sepultura de Asael (2 S 2.32) y luego sede de una guarnición filistea sorprendida por tres vigilantes de David (2 S 23.14–16; 1 Cr 11.16–18). Fue el pueblo natal de Elhanán hijo de Dodo (2 S 23.24; 1 Cr 11.26). Roboam fortificó varias ciudades de Judá, entre ellas Bel (2 Cr 11.6).

Después del reinado de David la importancia de Belén menguó. No obstante, se seleccionó como cuna del Mesías y esto haría imperecedera su fama (Miq 5.2). Ya para el regreso del remanente de la cautividad, 123 hijos de Belén repoblaron el lugar (Esd 2.21; Neh 7.26).

En tiempos del Nuevo Testamento se menciona como lugar de nacimiento del Señor y de la matanza de los inocentes (Mt 2.1, 5, 6, 8, 16; Lc 2.4, 15; Jn 7.42).

  1. Ciudad en el territorio de Zabulón (Jos 19.15), posiblemente el hogar y lugar de sepultura de Ibzán, uno de los jueces de Israel (Jue 12.8, 10). Este pueblo se halla situado a unos 11 km al noroeste de

BELIAL

(TRAGADERO).

Término que en el Antiguo Testamento se usa generalmente en sentido abstracto y no como nombre propio. Se refiere a lo malo y perverso (Jue 19.22; 2 S 16.7, RV-1909). En los rollos del mar Muerto se refiere a los enemigos satánicos de la comunidad. En 2 Co 6.15 es sinónimo de Satanás.

BELSASAR

Príncipe de los caldeos, que gobernaba en → BABILONIA junto con su padre Nabonido. Este es el único caso en Caldea en que se sabe que un príncipe gobernaba juntamente con su padre antes de que este muriera. Por eso, Daniel 5.29 dice que Belsasar hizo a Daniel «el tercer señor del reino».

Según Daniel 5, Belsasar celebraba un banquete en Babilonia, con los vasos que trajo del templo de Jerusalén NABUCODONOSOR II, su abuelo, cuando apareció una mano que escribía en la pared. Tras apelar a toda suerte de magos y adivinos, Belsasar mandó a buscar a Daniel, quien le interpretó la escritura (el reino tocaba a su fin) y esa misma noche Belsasar murió al tiempo (539 a.C.) que DARÍO tomaba a Babilonia (Dn 5.30, 31). Aparte del episodio de la escritura misteriosa, los antiguos textos de Mesopotamia confirman la historia bíblica y nos informan que mientras Belsasar se enfrentaba a las tropas persas en Babilonia, su padre Nabonido se encontraba sitiado en Borsipa, cerca de Babilonia.

BELTSASAR

(QUIZÁS [BEL] PROTEJA SU VIDA).

Nombre babilónico dado a Daniel (1.7; 2.26), tomado del nombre del dios principal de Nabucodonosor (4.8). La experiencia de Daniel (caps. 1; 6) refutó el mensaje contenido en su nombre. (DANIEL; BEL)

BEN-ADAD

Nombre de varios reyes de Damasco o Siria.

  1. Ben-adad I (ca. 900 a.C.) se alió con Baasa, rey de Israel, contra Asa, rey de Judá. Pero Asa le ofreció los tesoros del templo con tal que rompiera el pacto e invadiera a Israel. Ben-adad aceptó y conquistó todo el norte del territorio israelita (1 R 15.16–22; 2 Cr 4).

Más tarde, cuando el rey Salmanasar III de Asiria amenazaba a Damasco, Ben-adad sitió Samaria a fin de obligar al rey Acab a aliarse con él contra el avance asirio (1 R 20.1–22). Acab derrotó a Damasco dos veces y capturó a Ben-adad. Le perdonó la vida a cambio de privilegios comerciales en Damasco y la devolución de ciudades israelitas tomadas por Siria en agresiones anteriores. El tratado resultante dio a Israel tres años de paz (1 R 20.26–34; 22.1).

En 853 a.C., Ben-adad se alió con varios estados pequeños, uno de ellos fue Israel, para resistir a Asiria. Se produjo luego la batalla de Qarqar tras la cual Asiria se adjudicó la victoria. Pero el hecho es que pasaron cinco años sin que estuviera en condiciones de realizar otra invasión. En el mismo año Acab quebrantó el pacto y atacó a Ramot de Galaad, ciudad que pertenecía a Damasco, empresa para cuya realización necesitó de la ayuda de Josafat, rey de Judá. Ben-adad los derrotó y Acab murió en la batalla (1 R 22.1–40).

Es posible que Ben-adad sea el mismo rey sirio a cuyo general, Naamán, Eliseo sanó de la lepra (2 R 5.1). Después, hallándose enfermo el rey mismo, envió su siervo Hazael a consultar con Eliseo respecto a su enfermedad. Cuando anunció el profeta que el mismo Hazael sería el próximo rey de Siria, este volvió a Damasco, asesinó alevosamente a su señor y ocupó el trono en su lugar (2 R 8.7–10; 14.15).

  1. Ben-adad II (III según otros estudiosos que creen que hubo un Ben-adad II en la época de Omri de Israel) era hijo de Hazael. Empezó a reinar durante el reinado de Joás de Israel. Su país estaba tan debilitado por las constantes incursiones asirias que no pudo conservar el territorio que le dejó su padre. En tres batallas con Joás perdió las ciudades israelitas que su padre tomó (2 R 13.14–19, 25). Jeroboam II de Israel ganó aun más victorias sobre Siria y extendió su territorio hasta los límites del antiguo reino de David (2 R 14.25–28). Nada se sabe de su fin, pero se cree que murió cuando Salmanasar IV sitió a Damasco en 773 a.C. Le sucedió Tabeel (Is 6).

BENAÍA

(JEHOVÁ HA EDIFICADO).

  1. Hijo de Joiada, levita del pueblo de Cabseel (2 S 23.20), y capitán de la guardia extranjera durante el reinado de David (2 S 8.18; cf. 1 Cr 27.5). Fue contado entre los treinta soldados más valientes de David (1 Cr 27.6; 2 S 23.20–23). No solo sirvió a David, sino también a Salomón, a quien ayudó a establecer su reino (1 R 1; 2.25, 29ss).
  2. Soldado de Piratón de Efraín, nombrado entre los treinta hombres valerosos (2 S 23.30). Fue jefe de una división del ejército de David (1 Cr 14). Otros del mismo nombre se mencionan en 1 Cr 15.18 , 20 , 24 ; 16.6 ; 2 Cr 20.14 ; 31.13 ; Esd 10.25 , 30 , 35 , 43 ; Ez 11.1 , 13 .

BENDICIÓN

Invocación del apoyo activo de Dios para el bienestar y la prosperidad, o el recibimiento mismo de estos bienes (Dt 28.8).

En general, el pueblo que vive existencialmente en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición o provisión divina (Dt 28.3–6; Sal 72.13ss). En tiempos bíblicos el patriarca invocaba proféticamente la bendición divina y la transmitía a sus hijos (Gn 27.4ss; 48.9ss). Sin embargo, cuando el hombre bendecía a Dios, era una expresión de gratitud y adoración (Sal 67; 100; 103).

Con el tiempo, la bendición llegó a constituir parte del CULTO. Se usaba como saludo (2 S 6.18; Sal 118.26), en la SANTA CENA (Mt 26.26; Mc 14.22; 1 Co 10.16) y en la despedida (Gn 49.28; Dt 33; Lc 24.50s). Se transmitía por la imposición de manos (Gn 48.14) y por el beso (Gn 27.26s). En el culto cristiano la bendición ha tomado formas rituales (Nm 6.24–26; Ro 15.13; 2 Co 13.14; Heb 13.20s; Jud 24s).

En la teología bíblica, bendición es la palabra que une los dos testamentos. El pacto de bendición hecho con Abraham (Gn 12.1–3) se cumple en Cristo en el Nuevo Testamento (Hch 3.25; Gl 3.14; Ef 1.3; 1 P 3.9). La vida toda del nuevo pueblo de Dios es una herencia de bendición y un esfuerzo continuo por bendecir (Mt 5.44; Ro 12.14; 1 P 3.9).

BENJAMÍN

Nombre de varios personajes de la Biblia, una tribu israelita y un territorio.

El más conocido es el hijo de Jacob y Raquel, nacido cerca de Belén durante un viaje (Gn 30.1, 22–24; 35.16). Al nacer el niño, murió la madre. Jacob le dio el nombre de «Benjamín» (hijo de la mano derecha) en vez de «Benoni» (hijo de mi tristeza) que le puso Raquel. Mucho se ha discutido sobre el significado de la frase «hijo de la mano derecha»: quizás fuera, lo mismo que hoy, una expresión que utilizan los padres al referirse a un hijo servicial, hogareño y predilecto. Después de la muerte de Raquel y de la separación de José, Jacob sintió especial cariño por Benjamín. A duras penas permitió que viajara con sus hermanos a Egipto (Gn 43.1–14). Al parecer, durante su juventud fue humilde, obediente a su padre y resignado ante las circunstancias difíciles (Gn 44.1–34).

La tribu de Benjamín se distinguió en hechos notables dentro de la nación hebrea. El primer rey de Israel (Saúl) vino de dicha tribu (1 S 10.21). El apóstol Pablo fue también de la tribu de Benjamín (Flp 3.5). Esta tribu ocupó el territorio limítrofe con Judá, tribu a la que vivió unida durante la división del reino (Jos 18.11–18).

Otros tres que llevan el nombre de Benjamín se mencionan en 1 Cr 7.10, 11; Esd 10.32 y Neh 3.23.

BERACA

(BENDICIÓN).

  1. Hermoso valle cerca del desierto de TECOA, donde → JOSAFAT, rey de Judá, y su pueblo levantaron altares a Jehová para bendecirlo por el triunfo logrado sobre las tribus de Moab y Amón (2 Cr 26).
  2. Uno de los guerreros que se juntó con David cuando este huía de Saúl (1 Cr 3).

BEREA

Ciudad en la parte sudoeste de Macedonia (a unos 80 km de Tesalónica), en el distrito de Ematia y al pie del monte Bermio. Las ruinas alrededor de la ciudad moderna

(Veroia) indican algo de su importancia (alrededor de 20.000 habitantes en tiempos del Nuevo Testamento). Pablo predicó allí durante su primera visita a Europa y un considerable número de judíos residentes recibió su encomio por estudiar con cuidado las Escrituras. De Berea era Sópater, un compañero de Pablo (Hch 17.10–15; 20.4).

BERENICE

(EN GRIEGO, LA QUE TRAE LA VICTORIA).

Hija de →HERODES AGRIPA I, nacida en 28 d.C. Se casó primero con su tío Herodes de Calcis. Al morir este (48 d.C.), Berenice vivió con su hermano Agripa, según parece en unión incestuosa. Después de un matrimonio pasajero con Polemón, rey de Cilicia, volvió al lado de su hermano. Visitaron juntos al nuevo procurador FESTO en Cesarea y asistieron al interrogatorio de Pablo (Hch 25.13–26.32). Más tarde, fue amante de Vespasiano y luego de Tito, quien la hizo venir a Roma pero no se atrevió a casarse con ella por la hostilidad del pueblo.

BERILO

Piedra preciosa por lo general verde o azul verdoso, pero también amarilla, rosada, con variedades en aguamarina y esmeralda, casi siempre opaca o simplemente translúcida. En el Antiguo Testamento se menciona en Éx 28.20; Ez 28.13; Dn 10.6. En el Nuevo Testamento solo en Ap 21.20.

BERNABÉ

(EN ARAMEO, HIJO DE LA EXHORTACIÓN).

Nombre que los apóstoles dieron a José, levita de Chipre. Su generosidad era notoria en la iglesia primitiva de Jerusalén (Hch 4.36s) en contraste con el egoísmo de ANANÍAS y Safira (Hch 5.1ss). Primo hermano de Juan Marcos (Col 4.10) y, según Clemente de Alejandría, uno de los setenta discípulos de Jesucristo. Era «varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe» (Hch 11.24). Lucas y Pablo lo llamaron APÓSTOL (Hch 14.4, 14; 1 Co 9.6), y en varias ocasiones demostró poseer un espíritu de comprensión y discernimiento.

Fue Bernabé el que convenció a los apóstoles de la conversión y sinceridad de Pablo (Hch 9.27). Más tarde lo enviaron a investigar la nueva obra entre los gentiles de Antioquía, donde otros chipriotas eran prominentes (11.19ss). Al reconocer que esta era obra de Dios y que allí había mucha oportunidad para el ministerio de Pablo, fue a Tarso y lo trajo consigo a Antioquía, donde predicaron juntos (11.25s). Con Pablo, Bernabé llevó la ayuda para los hermanos necesitados de Judea (11.29, 30).

De nuevo en Antioquía, a Bernabé y Pablo, contados entre los profetas y maestros de la congregación, los separaron para la misión gentil (Hch 13.1ss; cf. Gl 2.9). Su primer viaje misionero, que comenzó con una visita a Chipre, produjo una cadena de iglesias que se extendió hasta el Asia Menor (Hch 13.14). El orden de los nombres, que quizás indica prioridad en el liderazgo, había sido «Bernabé y Saulo», pero desde la salida de Chipre Lucas habla de «Pablo y Bernabé».

Al regresar del viaje, Bernabé tuvo otra misión importante cuando lo nombraron junto con Pablo para presentar la cuestión de la circuncisión ante el CONCILIO DE JERUSALÉN (Hch 15). Su ministerio se reafirmó y parece que Bernabé se destacó más que su compañero en el concilio (vv. 12, 25), tal vez por ser el representante original de Antioquía. Sin embargo, para no oponerse a Pedro, en una ocasión Bernabé contemporizó con las convicciones de este sobre la aceptación de los gentiles, dejando de comer con ellos en Antioquía (Gl 2.13).

Según Hch 15.36–40, Bernabé y Pablo se separaron y aquel navegó acompañado de Juan Marcos, rumbo a Chipre. Sin embargo, el testimonio posterior de Pablo referente a Marcos (2 Ti 4.11) parece indicar que este aprovechó mucho el trabajo con su primo.

Algunos atribuyen a Bernabé la Epístola a los HEBREOS. La llamada Epístola de Bernabé, de tinte alejandrino, es seudónimo y data de ca. 125 d.C.

BESER

(FUERTE).

Nombre de una ciudad y un hombre en el Antiguo Testamento.

  1. Ciudad de refugio situada en los llanos al este del Jordán, asignada a la tribu de Rubén (Dt 4.43; Jos 20.8). Se designó como lugar de residencia para los hijos de Merari de la tribu de Leví (Jos 21.36; 1 Cr 63–78).
  2. Hijo de Zofa de la casa de Aser (1 Cr 37).

BESO

Como saludo y muestra de afecto, amistad o reverencia. Los judíos lo practicaban como prueba de afecto entre prometidos (Gn 29.11ss), cónyuges (Cnt 8.1), parientes (Gn 33.4; Rt 1.14; 1 R 19.20; Lc 15.20) y amigos (1 S 20.41) y como rito ceremonial (1 S 10.1; cf. Est 5.2, TA). Este último, en reconocimiento del «ungido de Dios» (cf. Sal 2.12, RV-1909), puede ser una práctica cultual parecida a las que se hallan entre los paganos. Besar la mano (Job 31.27) o una imagen (1 R 19.18; Os 13.2) es un acto de adoración. Además, el beso puede ser una simple provocación sexual (Pr 7.13).

El beso más famoso de la Biblia fue el que Judas dio a Jesús, no como expresión de amor, sino de traición (Mt 26.48s; Mc 14.44s; Lc 22.47s).

Entre los cristianos el beso expresa afecto comunitario (Hch 20.37) y se menciona en el saludo epistolar como «ósculo santo» (Ro 16.16; cf. 1 Co 16.20), «ósculo de amor» (1 P 5.14). Luego la práctica entró en la liturgia de la iglesia.

BESOR

Arroyo que nace cerca de Aroer, sigue al oeste pasando por Beerseba y desemboca en el Mediterráneo, a 8 km al sudoeste de Gaza. Se relaciona con la derrota que David infligió a los amalecitas (1 S 30.9, 10, 21).

BESTIA

Término usado en Reina-Valera para referirse a diferentes animales.

  1. Animales vertebrados y mamíferos en contraste con las aves y los reptiles (Gn 1.30), excluyendo, desde luego, al
  2. Cualquiera de los animales inferiores, incluyendo a los reptiles y las aves (Sal 147.9; Ec 19).
  3. Animales salvajes (Gn 37.20; Éx 23.11; cf. Tit 12).
  4. Animales domésticos en general (Gn 1.24; Jue 20.48; Pr 12.10; Ap 18.13), aunque son frecuentes las alusiones a los asnos (Gn 45.17), bueyes (Gn 34.23; cf. Nm 35.3) y caballos (2 R 3.9). Estos últimos eran las bestias de carga en las campañas

La palabra bestia se usa en sentido figurado en la literatura apocalíptica. Las cuatro bestias de la visión de Daniel (Dn 7.3ss) representan el poder destructivo personificado por cuatro imperios, comenzando con el Imperio Babilónico. En Apocalipsis se habla de dos bestias. Una sube del abismo (Ap 11.7; 17.8) o del mar (Ap 13.1); es escarlata (Ap 17.3) y tiene siete cabezas y diez cuernos (Ap 17.7). Simboliza al Imperio Romano que persiguió a los cristianos, y a veces al emperador que se presenta como la reencarnación de Nerón. En sentido más amplio simboliza a todo poder político que se opone a Dios. La segunda bestia sube de la tierra, habla como dragón (Ap 13.11) y se identifica con el falso profeta (Ap 16.13; 19.20; 20.10). Representa el culto que se tributaba al emperador como dios y a los que promovían este culto. (ANTICRISTO; APOCALIPSIS.)

Esta tabla muestra claramente que seis traducciones populares de la Biblia—Nacar-Colunga, Reina Valera (1960), Dios habla hoy, La Biblia Latinoamérica, Biblia del Peregrino, La Biblia de Jerusalén—algunas veces difieren en sus traducciones de los nombres de los animales en la biblia. Estas diferencias existen porque los eruditos no concuerdan en el significado preciso de las palabras hebreas subyacentes.

Referencia: Nacar-Colunga, Reina Valera (60), Dios habla hoy, La Biblia Latinoamérica, Biblia del Peregrino, La Biblia de Jerusalén

REFERENCIA NC RV (60) DHH LBL BDP BDJ

Éx 8.17 tábanos piojos mosquitos tábanos moscas tábanos

Éx 36.19 piel de tejón piel de tejón pieles finas cueros finos pieles de marsopa cueros finos Lv 11.18 pelícano, pelícano cisne somormujo corneja pelícano,

Nm 23.22 unicornio búfalo,

2 S 6.13 carnero cebado, carnero engordado, carnero, gordo, ternero cebado, ternero cebado, carnero cebado.

1 R 10.22 monos pavos reales monos, monos, monos, monos,

Sal 104.18 madriguera del damán conejos tejones conejos tejones damanes Is 11.8 áspid víbora cobra víbora serpiente monos

Is 14.23 erizos, erizos lechuzas erizos, erizos, erizos

Is 34.11 lechuza pelícano búho pelícanos corneja pelícano Jer 8.7 cigüeña, cigüeña, cigüeña, cigüeña, cigüeña, cigüeña Lm 5.18 raposas zorras, zorras las fieras zorros las raposas

Am 4.9 langosta oruga langostas, langostas, langosta langostas

BET

(CASA, TEMPLO O, SIMPLEMENTE, UBICACIÓN).

Es la segunda letra del alfabeto hebreo (Sal 119.9ss). Por lo general, figura como prefijo en

palabras como: Bet-esda («casa de misericordia»); Bet-avén (casa de vanidad); Bet-el (casa de Dios); Bet-lehem (Belén) (casa de pan), etc.

BETÁBARA

(LA CASA DEL VADO).

Pueblo que, según Jn 1.28, se hallaba «al otro lado del Jordán, donde estaba bautizando». En los mejores manuscritos antiguos este pasaje reza «BETANIA, más allá del Jordán», pero el nombre Betábara prevaleció en ciertas ediciones (CRÍTICA TEXTUAL) por el apoyo decidido de Orígenes.

Por el contexto de Jn 1.28, parece que el lugar era accesible a los sacerdotes, levitas y fariseos de Jerusalén. Sin embargo, y aunque tradicionalmente se ubica frente a Jericó en la ribera oriental del Jordán, el sitio exacto es un problema que todavía se discute.

BETANIA

Nombre de dos aldeas del Nuevo Testamento.

  1. Pueblecito al sudeste del Monte de los Olivos, a 3 km de Jerusalén, en el camino a Jericó (Mc 11.1). Es importante en los Evangelios por los acontecimientos del ministerio de Jesús que ocurrieron allí.

En Betania residía LÁZARO, el amigo que Jesús resucitó (Jn 11), con sus hermanas Marta y María. En casa de estos hermanos Jesús encontraba un ambiente familiar (Lc 10.38–42), y  allí permaneció durante la semana de la Pasión. En este mismo pueblo ungieron a Jesús mientras se celebraba un banquete «en casa de Simón el leproso» (Mt 26.6–13; Mc 14.3–9; cf. Jn 12.1–8) y aquí también ocurrió la ascensión (Lc 24.50ss). La actual Betania lleva el nombre árabe El-Azariye (derivado de Lázaro).

  1. Lugar «más allá del Jordán» (Jn 1.28, NC, HA y casi todas las versiones recientes, BETÁBARA), cuya ubicación ha permanecido incierta desde tiempos de Orígenes (ca. 250 C.).

BET-ARÁN

Ciudad que fortificó la tribu de Gad para albergar a sus mujeres y niños mientras los  hombres participaban en la conquista al otro lado del Jordán (Nm 32.36; Jos 13.27). Estaba ubicada en un lugar alto en el valle del Jordán, a 10 km al este del río y a 13 de la desembocadura.

Herodes Antipas la reconstruyó y es muy probable que allí se celebrara la fiesta de cumpleaños cuyas consecuencias fueron la decapitación de Juan el Bautista (Mt 14.6–12).

BET-AVÉN

(CASA DE INIQUIDAD).

  1. Pueblo de Hai al este de Bet-el (Jos 7.2; 18.12). De acuerdo con 1 S 13.5; 14.23, estaba al oeste de Micmas. Fue escenario de una batalla entre Saúl y los
  2. Oseas 10.5 (cf. 4.15; 5.8) emplea el nombre Bet-avén en tono despectivo para describir la condición de BET-EL (casa de Dios) después de colocar allí el becerro de

BET-EL

(CASA DE DIOS).

La ciudad que con más frecuencia se menciona en el Antiguo Testamento después de Jerusalén. Estaba situada a 35 km al norte de Jerusalén y a 29 al sur de Silo. No tenía defensas naturales, pero la abundancia de agua estimuló su crecimiento. Parece que los cananeos tenían allí un santuario al dios El, pero el nombre hebreo de la ciudad procede de la visión que Jacob tuvo en este lugar (Gn 28.10–22).

En la Biblia aparece primero como sitio donde Abraham levantó un altar (Gn 12.8; 13.3, 4). Por la experiencia de Jacob el nombre adquirió el sentido especial de lugar de revelación (Gn 28.19; 35.1–7). Dios se refiere a sí mismo como «Dios de Bet-el» (Gn 31.13) y le manda a Jacob volver allí. La segunda vez que Jacob fue a Bet-el, Jehová le dijo que a partir de ese momento no se llamaría Jacob sino Israel, y se renovó el pacto con Abraham (Gn 35.10–15).

Los arqueólogos han comprobado que la ciudad se quemó durante la época de Josué y muchos suponen que la conquistaron al mismo tiempo que → HAI, que estaba un poco al este de Bet-el (Jos 7.2; 8).

Durante la época de los jueces el arca estaba en Bet-el (Jue 20.18–28) aunque después la llevaron a Silo. El territorio que Débora gobernaba se hallaba entre Bet-el y Ramá (Jue 4.5). Después de la caída de Silo, Samuel visitaba Bet-el todos los años para resolver los problemas espirituales de sus habitantes (1 S 7.16).

Bet-el adquirió mala fama cuando Jeroboam I, al establecer el reino del norte, la convirtió en santuario del culto a un becerro de oro para evitar que los israelitas volvieran al templo de Jerusalén. Es probable que el becerro de oro no haya sido una representación de Jehová, sino el guardián del trono de Dios (1 R 12.26–33; 2 Cr 13.8, 9). Sin embargo, la ira de Dios cayó sobre el rey por su desobediencia. Durante los días de Elías y Eliseo había una escuela de profetas en la ciudad (2 R 2). En el siglo VIII, Amós denunció las iniquidades de Bet-el, por lo que el sacerdote del santuario lo mandó salir de la ciudad (Am 7.12, 13).

Cuando Asiria conquistó a Samaria (722 a.C.), no devastó a Bet-el. Como parte de sus reformas, Josías de Judá destruyó el santuario pagano y procuró eliminar su sacerdocio, pero dejó intacta la ciudad (2 R 23.15–20). Los babilonios o los persas sí la destruyeron en la época del cautiverio. La ciudad volvió a levantarse puesto que Esdras y Nehemías mencionan una pequeña población de este nombre (Esd 2.28; Neh 7.32).

En el Nuevo Testamento no se nombra a Bet-el aunque llegó a ser más grande que antes. Josefo dice que el emperador Vespasiano estableció allí una guarnición romana (Guerras IV, IX, 9). El pueblo llegó a su apogeo en la época bizantina y desapareció al comenzar el período árabe en la Tierra Santa.

BETESDA

(TRANSCRIPCIÓN GRIEGA DE LA VOZ ARAMEA BET-JASDÁ, CASA DE MISERICORDIA; LAS VARIANTES TEXTUALES REZAN BETZATÁ O BETSAIDA).

Estanque de cinco pórticos en Jerusalén, donde los enfermos aguardaban la sanidad mediante las aguas. Aquí sanó Jesús a un hombre enfermo desde hacía 38 años (Jn 5.2–9).

No solo el nombre Betesda está en duda, por problemas textuales (el v. 4 falta en los manuscritos más antiguos), sino su ubicación. En el v. 2 el original reza: «cerca del de las ovejas»; algunas versiones suplen «puerta» (de acuerdo con Neh 3.1, donde se menciona una entrada en el muro septentrional de Jerusalén); otras, «abrevadero».

Si las primeras tienen razón, como es probable, el sitio tradicional es el correcto: contiguo a la actual iglesia de Santa Ana, un poco al norte del área del templo. Se halla en el barrio Betzatá (o Bezeta), y aquí los arqueólogos han excavado un estanque trapezoide con sus cinco columnatas. A la par, en la pared de una antigua iglesia en ruinas, se nota un fresco de un ángel que agita las aguas.

BETFAGÉ

(EN ARAMEO, CASA DE HIGOS).

Aldea cerca de Jerusalén, ubicada en la vertiente este del Monte de los Olivos. Se menciona solo en relación con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén (Mt 21.1; Mc 11.1; Lc 19.29). En los relatos, Betfagé se menciona antes de → BETANIA, lo que hace suponer que se hallaba al este de ella. Muchos identifican a Betfagé con la actual ciudad musulmana de Sbu Dís.

BET-HORÓN

(CASA DE HORÓN, UN DIOS DE CANAÁN).

Nombre de las ciudades gemelas: «Bet-horón la de arriba» y «Bet-horón la de abajo». La primera queda 16 km al noroeste de Jerusalén y la segunda 2 km más al noroeste y 270 m más baja que la primera (Jos 16.3–5). Las dos las construyó Seera de Efraín (1 Cr 7.24). Salomón las reconstruyó y las convirtió en fortalezas (2 Cr 8.5). Una de ellas se incluía entre las ciudades levíticas (Jos 21.22). Según los libros apócrifos (Judit 4.4, 5; 1 Mac 9.50), después del cautiverio se fortificaron de nuevo. Muchos ejércitos pasaron por las dos Bet-horón: el de los amorreos (Jos 10.10), el de los filisteos (1 S 13.18) y el de los sirios (1 Mac 3.16, 24). Sanbalat, gobernador de Samaria, era de allí (Neh 2.10).

BET-JESIMOT

Pueblo situado cerca de la desembocadura del río Jordán en el valle de Moab (Nm 33.49). Moisés se lo dio a Rubén (Jos 12.3; 13.20), pero Moab lo reconquistó, tras lo cual creció en importancia (Ez 25.9).

BET-NIMRA

(CASA DE AGUA PURA O CASA DE LEOPARDO).

Pueblo amurallado en las llanuras de Moab. Moisés lo conquistó y lo cedió a Gad (Nm 32.36;

Jos 13.27). Se le identifica con Nimra (Nm 32.3) y Nimrim (Is 15.6; Jer 48.34). Hoy existe un lugar llamado Tel Nimrim, 24 km al este de Jericó.

BET-PEOR

(CASA DE PEOR).

Valle al este del Jordán, frente a Jericó, donde Israel acampó y Moisés les enseñó por última vez (Dt 3.29; 4.1ss; 4.46; 5.1 ss.). A Moisés lo sepultaron allí sobre el cercano monte Pisga (Dt 34.6). Según Jos 13.20, Bet-peor se le cedió a Rubén.

BETSABÉ

Esposa de URÍAS, soldado heteo del ejército del rey David. Este, atraído por su hermosura, la sedujo; luego hizo que Urías muriera en batalla y la tomó por esposa. El profeta NATÁN reprendió al rey y, como castigo de Jehová, el primer hijo de esta unión murió (2 S 11; 12; cf. Sal 51). En la vejez de David, Betsabé se alió con Natán para conseguir que su hijo SALOMÓN ascendiera al trono y así llegar a ser la reina madre (1 R 1.5–40). Presentó a Salomón la petición de ADONÍAS para que se le diera Abisag, concubina de David, solicitud que se interpretó como traición y redundó en la muerte de Adonías (1 R 2.13–25).

BETSAIDA

(EN ARAMEO, LUGAR DE PESCA).

Ciudad ubicada a la orilla norte del lago de Galilea, cerca de la desembocadura del Jordán. Según Juan 1.44 y 12.21, Betsaida era la ciudad natal de Felipe, Andrés y Pedro. Sin duda, Jesús  la visitaba a menudo  (Mc  6.45; 8.22),  pero  los  Evangelios  solo  mencionan  un milagro hecho allí, la curación gradual de un ciego (Mc 8.22–26). En un lugar desierto en sus inmediaciones ocurrió la alimentación de los 5.000 (Mc 6.31–45; Jn 6.1–15).

A pesar del ministerio de Jesús, Betsaida no se arrepintió y por lo tanto fue objeto de una advertencia severa (Mt 11.21; Lc 10.13).

La reconstrucción de Betsaida la realizó FELIPE, el tetrarca, elevándola al rango de ciudad (Jn 1.44), y le puso el nombre de Julia en honor de la hija del emperador Augusto. Betsaida se ha identificado con dos sitios actuales al este del Jordán, cercanos entre sí: et-Tell y Musadiya. Marcos 6.45 (cf. Jn 6.17). Parece indicar que había otra Betsaida al oeste del Jordán. Se supone que en la ribera oeste del río había un barrio de Betsaida, Julia.

BET-SÁN

Lugar cuyo nombre aparece en la historia con variantes desde el siglo XV a.C. en adelante. En Jue 1.27 es una de las ciudades entregadas a Manasés. Según Jos 17.16, se hallaba en el valle de Jezreel. Según 1 S 31.10 era una ciudad filistea cerca del monte de Gilboa. Lo anterior hace pensar que se hallaba al sudeste del valle de Jezreel.

La historia de Bet-sán comienza cuando Tutmosis III la tomó después de la batalla de Meguido, ca. 1467 a.C. Siguieron tres siglos de dominio egipcio, durante los cuales se usó la ciudad como defensa contra los enemigos del norte.

Al conquistar a Canaán los israelitas no expulsaron completamente a los habitantes de Bet- sán (Jue 1.27), quizás por los carros de hierro que aquellos poseían (Jos 17.11, 16). Los filisteos colgaron el cadáver de Saúl en los muros de Bet-sán (1 S 31.10, 12; 2 S 21.12). En el siglo X a.C., la ciudad formaba parte del reino de Salomón (1 R 4.12). Sisac I la saqueó ca. 926 a.C. (1 R 14.25).

Durante el período griego se llamaba Escitópolis, situada en el camino de Jerusalén a Damasco. En 107 a.C. Juan Hircano capturó la ciudad. Luego Pompeyo la tomó y la incorporó al Imperio Romano. En tiempos de Cristo figuraba entre las ciudades de la DECÁPOLIS.

BET-SEMES

(CASA O TEMPLO DEL SOL).

Ciudad en la frontera septentrional de Judá, 25 km al norte de Laquis y 35 al oeste de Jerusalén, sobre la carretera entre esta y las ciudades de Asdod y Ascalón. Aunque por mucho tiempo fue importante para la defensa de Israel contra los filisteos, se menciona poco en el Antiguo Testamento. Cuando los filisteos devolvieron el arca, la mandaron a Bet-semes (1 S 6.9ss), donde murieron algunos hombres de la ciudad por mirar su contenido.

Los arqueólogos han descubierto seis estratos, de la Edad Media del Bronce en adelante. El más antiguo es de 2200–1700 a.C. El siguiente data de la época de los hicsos (1700–1500), quienes al dominarla construyeron en el sitio de Bet-semes una ciudad fortificada. Entre 1500– 1200 floreció allí una ciudad cananea. Las casas estaban bien construidas y parece que fue una ciudad próspera. La destruyeron (quizás los israelitas) y durante el tiempo de los jueces (1200–1000) surgió otra ciudad de construcción inferior.

Esta también la asolaron, quizás durante una batalla entre israelitas y filisteos. David la incorporó a su reino y todavía se puede ver la casa del gobernador. La vida de Bet-semes terminó de repente a fines del siglo X a.C., tal vez como resultado de la invasión del faraón Sisac (1 R 14.25). Aunque más tarde otra ciudad ocupó el lugar, era solo una pobre imitación de las anteriores. Cerca de esta ciudad peleó Joás, rey de Israel, contra Amasías, rey de Judá (2 R 14.11ss) y fue esta la que los filisteos quitaron a Acaz (2 Cr 28.18).

BET-SUR

(CASA DE ROCA).

Ciudad edificada sobre las rocas típicas de Judea. Se encontraba entre Hebrón y Belén. Roboam la fortificó junto con otras ciudades para la defensa de Judá (2 Cr 11.7; cf. Neh 3.16). Fue estratégica en las guerras de los Macabeos (1 y 2 Mac) que levantaron allí una de sus mejores fortalezas. Judas Macabeo derrotó allí a los griegos que comandaba Lisias en 165 a.C.

BETUEL

Hijo de Nacor y Milca (Gn 24.24), parientes ambos de Abraham (Gn 11.27–29; 24.15). Poco  se sabe de Betuel. Se menciona junto con Labán cuando se hace el compromiso de Rebeca con Isaac (Gn 24.50).

BEZALEEL

(A LA SOMBRA DE DIOS).

  1. Hijo de Uri, de la tribu de Judá, Dios lo dotó de sabiduría y de una extraordinaria habilidad para labrar oro y otros metales preciosos y madera (Éx 31.2–5; 36.2). Sus trabajos como principal constructor del tabernáculo se describen en Éx 37.1–38.23.
  2. Hijo de Pahat-moab al que Esdras convenció para que dejara su mujer extranjera (Esd 10.30).

BEZEC

En el Antiguo Testamento, nombre de una ciudad y un lugar.

  1. Ciudad cananea en el territorio de Judá que conquistaron Judá y Simeón (Jue 1.1–7). No se ha determinado con certeza dónde se hallaba. Se cree que estaba cerca de
  2. El lugar donde Saúl organizó su ejército antes de ir al rescate del pueblo en Jabes de Galaad (1 S 11.8). Tal vez estaba a unos 21 km al nordeste de

BIBLIA

HISTORÍA DE LA BIBLIA

La colección de libros reconocidos y usados por la iglesia cristiana como el registro inspirado de la revelación de Dios de sí mismo y de su voluntad para la humanidad.

  1. La palabra “Biblia” viene del gr. biblia, plural de biblion, diminutivo de Biblos (libro), de byblos (papiro). En tiempos antiguos se usaba el papiro para hacer el papel del que se fabricaban los libros. Las palabras biblion y biblia se usan en el AT (LXX) y en los Apócrifos para las Escrituras Daniel 9:2; 1 Mac. 1:56; 3:48; 12:9). Alrededor del siglo V de la era cristiana, los Padres de la iglesia griega aplicaron el término biblia a la totalidad de las Escrituras cristianas. Más tarde la palabra pasó a la iglesia occidental y, aunque en realidad es un sustantivo plural neutro, llegó a usarse en el lat. Como femenino singular. Así, “Los Libros” se convirtieron por consenso común en “El Libro”.

En el NT se refiere generalmente al AT como las Escrituras (Mateo 21:42; 22:29; Lucas 24:32; Juan 5:39; Hechos 18:24). Otros términos que se usan son Escritura (Hechos 8:32; Gálatas 3:22), las sagradas Escrituras (Romanos 1:2; 2 Timoteo 3:15) y escritos sagrados (2 Timoteo 3:15 RSV, inglés).

El término plural biblia enfatiza el hecho de que la Biblia es una colección de libros. El uso de la palabra en singular pone énfasis en la unidad de los libros. El hecho de que ningún adjetivo calificativo se coloque antes del término apunta a la singularidad de este libro.

Los nombres Antiguo Testamento y Nuevo Testamento se han usado desde fines del siglo II de la era cristiana para distinguir a las Escrituras judías y cristianas. El AT está compuesto por libros producidos por escritores bajo el pacto de Dios con Israel; el NT contiene escritos de los apóstoles (miembros del pueblo del nuevo pacto de Dios). El término Novum Testamentum se encuentra por primera vez en Tertuliano (190-220 d. de J.C.). “Testamento” se usa en el NT para traducir la palabra gr. diatheke (lat. testamentum) que en el uso clásico significaba “una voluntad” pero en la Septuaginta y en el NT se usaba para traducir la palabra heb. Berith (un pacto).

  1. La mayor parte del AT fue escrita en heb., el idioma hablado por los israelitas en Canaán antes de la cautividad babilónica. Después del regreso del exilio, los hebreos le dieron entrada al arameo, un dialecto relacionado que se hablaba por lo general en todo el sudoeste de Asia. Unas cuantas partes del AT están escritas en arameo (Esdras 4:8—6:18; 7:12-26; Jeremías 10:11; Daniel 2:4—7:28). El texto heb. Antiguo consistía solamente de consonantes, ya que el alfabeto heb. No tenía vocales escritas. Los signos vocales fueron inventados por los eruditos judíos masoréticos en el siglo VI de la era cristiana y más tarde.

Excepto por unas cuantas palabras y frases, el NT fue compuesto en gr. el idioma de la conversación común en el mundo helenístico. Los papiros encontrados en Egipto han arrojado mucha luz sobre el significado de muchas palabras del NT.

  • DIVISIONES PRINCIPALES DE LA

La Biblia posee dos grandes divisiones conocidas como Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Los libros del Antiguo Testamento se escribieron en un período de 1.000 años aproximadamente. El Antiguo Testamento nos narra la preparación realizada para el advenimiento de Cristo.

El Nuevo Testamento se escribió en un período de más o menos 60 años. Esta parte de la Biblia nos narra la venida, vida y ministerio de Cristo, así como el crecimiento de la iglesia primitiva.

UN VISTAZO A LOS LIBROS DE LA BIBLIA Y SU CLASIFICACIÓN ANTIGUO TESTAMENTO

PENTATEUCO O LEY: LIBRO Y RESUMEN

GÉNESIS: Creación y establecimiento de la relación de pacto. ÉXODO: Liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. LEVÍTICO: Ley ceremonial.

NÚMEROS: El pueblo de Dios vaga por el desierto.

DEUTERONOMIO: Moisés entrega la Ley de nuevo antes de que el pueblo entre a la tierra prometida.

HISTORIA DE ISRAEL: LIBRO Y RESUMEN

JOSUÉ: Conquista y división de la tierra prometida.

JUECES: Varios jueces o líderes militares rescatan a la nación de Israel.

RUT: Hermoso relato sobre el amor y el cuidado de Dios.

1 Y 2 SAMUEL: La historia primitiva de Israel que incluye los reinados de Saúl y David.

1 Y 2 REYES: Historia política de Israel concentrada en los reinados de ciertos reyes desde el tiempo de Salomón hasta el cautiverio babilónico del pueblo judío.

1 Y 2 CRÓNICAS: Historia religiosa de Israel que abarca el mismo período de 2 Samuel y 1 y 2 Reyes.

ESDRAS: Regreso del pueblo judío del cautiverio en Babilonia.

NEHEMÍAS: Reedificación de las murallas de Jerusalén después que los cautivos regresaron de Babilonia.

ESTER: Cuidado de Dios hacia su pueblo bajo el dominio gentil.

SAPIENCIALES: LIBRO Y RESUMEN

JOB: Evaluación de los problemas del mal y el sufrimiento humano.

SALMOS: Libro de cantos o himnario del antiguo Israel.

PROVERBIOS: Dichos sabios y observaciones creadas para fomentar conducta y actitudes apropiadas.

ECLESIASTÉS: Descripción filosófica de lo vacía que es la vida sin Dios.

CANTAR DE LOS CANTARES: Canto de amor que representa la belleza de una relación humana como símbolo del amor divino.

PROFETAS MAYORES: LIBRO Y RESUMEN

ISAÍAS: La principal profecía de condena y consolación mesiánica.

JEREMÍAS: Mensaje de juicio contra la moral de Judá y el deterioramiento espiritual.

LAMENTACIONES: Cinco poemas de lamento por la caída de Jerusalén.

EZEQUIEL: Profecía de juicio durante el cautiverio babilónico.

DANIEL: Libro de profecía sobre los postreros tiempos.

PROFETAS MENORES: LIBRO RESUMEN

OSEAS: Mensaje de condenación a Israel seguido por el perdón de Dios.

JOEL: Predicción de la invasión extranjera como juicio de Dios. AMÓS: Edictos de juicio contra las naciones, sobre todo a Israel. ABDÍAS: Libro que profetiza la destrucción total de Edom.

JONÁS: Relato sobre un profeta desobediente que llevó a Nínive al arrepentimiento.

MIQUEAS: Predicción de juicio y promesa de restauración mesiánica.

NAHÚM: Profecía sobre la destrucción de Nínive.

HABACUC: Un profeta que discutió con Dios y alabó su inminente juicio contra Judá.

SOFONÍAS: Predicción de juicio destructivo seguida de tremenda bendición. HAGEO: Llamado a reedificar el templo después que regresan de Babilonia. ZACARÍAS: Profecía mesiánica que llama a terminar la construcción del templo. MALAQUÍAS: Profecía de destrucción seguida de la bendición mesiánica.

NUEVO TESTAMENTO

EVANGELIOS: LIBRO Y RESUMEN

MATEO: Se presenta a Cristo como el cumplimiento de la profecía mesiánica del Antiguo Testamento.

MARCOS: Quizás el primero de los Evangelios, se centra en el ministerio de Cristo.

LUCAS: La biografía más completa sobre Cristo, enfocándose en su perfección y ministerio de salvación.

JUAN: El Evangelio más simbólico que presenta a Cristo como el Hijo de Dios.

HISTORIA DE LA IGLESIA PRIMITIVA: LIBRO Y RESUMEN

HECHOS: Historia de la expansión de la iglesia primitiva.

EPÍSTOLAS DEL APÓSTOL PABLO: LIBRO Y RESUMEN

ROMANOS: Explicación de la fe cristiana para judíos y gentiles, dirigida a la iglesia en Roma. 1ª CORINTIOS: Instrucciones a la iglesia en Corinto que lidia con problemas entre cristianos. 2ª CORINTIOS: Defensa de Pablo y explicación de su apostolado.

GÁLATAS: Importancia de la necesidad de justificación por fe antes que por obras.

EFESIOS: Carta a la iglesia en Éfeso explicando la posición del creyente en Cristo.

FILIPENSES: Carta gozosa a la iglesia en Filipos, relata la fe triunfante de Pablo durante su encarcelamiento.

COLOSENSES: Consideración de la supremacía de Cristo, escrita a la iglesia en Colosas.

1 Y 2 TESALONICENSES: Instrucciones a la iglesia en Tesalónica sobre la venida del Señor.

1 Y 2 TIMOTEO: Manuales de liderazgo para el joven pastor en Éfeso.

TITO: Manual de conducta cristiana para líderes de la iglesia, escrita a un joven pastor de Creta.

FILEMÓN. Petición por la unidad cristiana y el perdón del esclavo fugado.

EPÍSTOLAS GENERALES: LIBRO Y RESUMEN

HEBREOS: Presentación de Jesucristo como Sumo Sacerdote, dirigida a los creyentes judíos.

SANTIAGO: Instrucciones prácticas para el cristianismo aplicado.

  • PEDRO: Pedro consuela y anima a cristianos que
  • PEDRO: Advertencia de Pedro contra los falsos
  • JUAN: Recordatorio de Juan sobre la plenitud de la humanidad de
  • JUAN: Carta de aliento y aprobación de
  • JUAN: Nota personal de aprecio de Juan para

JUDAS: Fuerte advertencia contra los falsos maestros.

APOCALIPSIS: Profecía de aliento sobre los días finales y el triunfo definitivo de Dios.

  1. El texto de la Escritura ha llegado a nosotros en un admirable estado de preservación. Hasta el invento de la imprenta a mediados del siglo XV, todas las copias de las Escrituras fueron hechas a mano. Los antiguos escribas judíos copiaron el AT con sumo cuidado. Los Rollos del Mar Muerto, algunos de los siglos II y III a. de J.C., contienen tanto libros enteros o fragmentos de todos los del AT, excepto uno (Ester); y dan testimonio de un texto admirablemente semejante al texto heb. Dejado por los masoretas (desde el año 500 d. de J.C. en adelante).

La evidencia de la confiabilidad del texto del NT es concluyente e incluye cerca de 4.500 mss. gr., los cuales datan desde el año 125 d. de J.C. hasta la invención de la imprenta. Varias versiones, p. ej., la Antigua Latina y Siriaca, se remontan cerca del año 150 d. de J.C… Existe infinidad de citas de las Escrituras en los escritos de los Padres de la iglesia, principiando con los fines del primer siglo. Entre los mss. Más antiguos del NT gr. que han llegado a nosotros están: el fragmento del Evangelio de Juan de John Rylands (c. 125); el Papyrus Bodmer II, un ms. del Evangelio de Juan que data de c. 200; el Chester Beatty Papyri, que consiste de tres códices que contienen los Evangelios y Hechos, la mayoría de las Cartas de Pablo y Apocalipsis, que datan desde c. 200; y los códices Vaticano y Sinaítico, ambos escritos en 350.

  1. CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS. La Biblia originalmente no tenía caps. O vv. Por razón de conveniencia para referencia, los judíos de los tiempos pretalmúdicos dividieron el AT en secciones, como nuestros caps. Y vv. La división de caps. Que usamos hoy la hizo Stephen Langton, arzobispo de Canterbury, quien murió en 1228. La división del NT en sus vv. Actuales la encontramos por primera vez en una edición del NT gr. publicado en 1551 por un impresor de París, Robert Stephens, quien en 1555 también sacó una edición de la Vulgata que fue la primera edición de la Biblia entera que apareció con nuestros caps. Y vv. Actuales. La primera Biblia en inglés que se dividió en esa forma fue la edición de Ginebra de 1560.
  1. TRADUCCIONES. El AT fue traducido al gr. (la LXX) entre los años 250 y 150 a. de J.C., y poco después del principio de la era cristiana aparecieron otras traducciones en gr. Al menos partes del AT fueron traducidas al siriaco a principios del primer siglo de la era cristiana y una traducción cóptica apareció probablemente en el siglo III. El NT fue traducido al lat. Y siriaco en 150 y una cóptica en c. 200. La Biblia, completa o en partes, está ahora disponible en más de 1.100 diferentes idiomas y dialectos.
  • Aunque la Biblia consiste de muchos libros diferentes escritos durante un largo período de tiempo y por una gran variedad de escritores, la mayoría de los cuales no se conocían unos a otros, tiene una unidad orgánica que solamente puede explicarse asumiendo, como el libro mismo lo reclama, que sus escritores fueron inspirados por el Espíritu Santo para dar el mensaje de Dios al hombre. El tema de este mensaje es el mismo en ambos Testamentos, la redención del hombre. El AT nos habla del origen del pecado del hombre y de la preparación que Dios hizo para la solución de este problema a través de su propio Hijo, el Mesías. El NT describe el cumplimiento del plan redentor de Dios: los cuatro Evangelios nos hablan sobre la venida del Mesías; Hechos describe el origen y crecimiento de la iglesia, el pueblo redimido de Dios; las Epístolas dan el significado y la implicación de la encarnación; y el libro de Apocalipsis muestra cómo algún día toda la historia será consumada en Cristo.

VIII: VERSIONES DE LA BIBLIA. En los primeros días del cristianismo, la única Biblia conocida era la Vulgata latina, hecha por Jerónimo entre los años 383 y 405 d. J.C., y solamente el clero y los monjes podían leer lat. Fue Wycliffe quien primero tuvo la idea revolucionaria de proporcionar al laico común la Biblia en su propia lengua. Fue el primero en hacer accesible toda la Biblia en inglés.

JOHN WYCLIFFE. Nacido en Yorkshire por el año 1320, Wycliffe es una de las figuras más ilustres del siglo XIV. Prominente teólogo de Oxford de su tiempo y ardiente reformador eclesiástico, se le llama la “Estrella de la mañana de la Reforma”. Estaba convencido que la forma más segura de vencer a Roma era poner la Biblia en las manos de la gente común y, por lo tanto, decidió hacer accesible dicha traducción. Bajo sus auspicios, el NT salió a luz en 1380 y el AT dos años más tarde. Un número de eruditos trabajaron con él en el proyecto. Uno de sus colaboradores, Nicholas Hereford, tradujo la mayor parte del AT. La traducción se hizo del lat., no de las lenguas originales. Para ayudarle en sus esfuerzos de reforma, Wycliffe organizó un tipo de orden religiosa de predicadores pobres, llamados lolardos, a quienes envió por toda Inglaterra para predicar sus doctrinas y leer la Escritura a todos los que deseaban escucharla. La historia relata que la gente estaba tan ávida de leerla que daban una carga completa de heno por el uso del NT por un día.

WILLIAM TYNDALE. William Tyndale, la otra gran figura en la historia de la Biblia, nació por el año 1494 y estudió en Oxford y Cambridge. Poco después de salir de Cambridge, mientras trabajaba como capellán y tutor, en una controversia con un clérigo, dijo: “Si Dios me preserva la vida, antes de muchos años lograré que un muchacho que conduzca un arado conozca más de la Escritura que lo que usted conoce.” El obispo de Londres rehusó ayudar a financiar la traducción, pero un rico mercader en telas de Londres vino en su ayuda. Después de seis meses, en 1524, Tyndale salió hacia el continente luego de encontrar demasiada oposición en su país. Nunca pudo volver a Inglaterra.

Parece que visitó a Lutero en Wittenberg y de allí fue a Colonia donde encontró a un impresor para su NT. Al ser descubierto su plan por un sacerdote, Tyndale se vio obligado a huir. En Worms encontró otro impresor y allí, en 1525, se publicaron 3.000 copias del primer NT en inglés. Por el año 1530 se habían publicado seis ediciones, con cerca de 15.000 copias. Todas fueron introducidas de contrabando a Inglaterra, ocultas en pacas de algodón, sacos de harina y bultos de lino.

Tan pronto como el NT de Tyndale llegó a Inglaterra, tuvo una gran demanda: de los laicos para poder leerlo y de las autoridades eclesiásticas ¡para destruirlo! Se emitió un decreto para su destrucción. Los obispos compraron ediciones enteras para quemarlas. Como resultado, solamente sobrevivieron unas cuantas copias imperfectas. El NT en inglés de Tyndale fue traducido del texto gr., compilado y publicado por Erasmo.

Tan bien hizo Tyndale su trabajo que la KJV reproduce cerca del 90 por ciento de su traducción. Nunca terminó de traducir el AT del texto heb., pues fue traicionado en Antwerp por un católico romano inglés y condenado a muerte como hereje. Fue estrangulado y su cuerpo quemado en la estaca. Sus últimas palabras fueron una oración: “Señor, abre los ojos del rey de Inglaterra.” Aunque su NT fue quemado por la iglesia en enormes cantidades, aumentó grandemente el apetito por la Biblia en inglés, apetito que el gobierno empezó a ver la sabiduría y la necesidad de satisfacer.

MILES COVERDALE. Cuando Tyndale fue encarcelado en Holanda, súbitamente apareció en Inglaterra una Biblia en inglés en 1535. Había llegado del continente. La página del título afirmaba que había sido traducida del alemán y el lat. Al inglés. Esta Biblia fue traducción de Miles Coverdale. Sin embargo, la mayor parte de su versión no era otra cosa que una ligera revisión del trabajo realizado anteriormente por Tyndale. Con todo, fue la primera Biblia completa impresa en el idioma inglés. Coverdale usó el trabajo de cinco diferentes traductores. Su versión de los Salmos todavía aparece en el Libro de la Oración Común que se usa diariamente en el ritual de la Iglesia de Inglaterra.

En 1537 aparecieron dos nuevas ediciones de la Biblia de Coverdale y la página del título contiene las siguientes palabras significativas: “Dada a conocer con la muy bondadosa licencia del Rey.” De modo que, a un año de la muerte de Tyndale, se tradujo, imprimió y distribuyó toda la Biblia, aparentemente con la aprobación real.

THOMAS MATTHEW. En 1537 apareció otra Biblia en Inglaterra, ésta de Thomas Matthew (seudónimo de John Rogers, antiguo asociado de Tyndale), quien fue quemado en la estaca por la reina María en 1555. Todo el NT y como la mitad del AT son de Tyndale, en tanto que el resto es de Coverdale.

En la página del título tenía las siguientes palabras: “Dada a conocer con la muy bondadosa licencia del Rey.” Esta Biblia tiene la distinción de ser la primera edición de toda la Biblia en inglés que se imprimió en Inglaterra.

THE GREAT BIBLE. (La Gran Biblia). La siguiente Biblia que apareció fue una revisión de la Biblia Matthew, hecha por Coverdale. La impresión se inició en París, pero la Inquisición entró en acción y el trabajo se completó en Inglaterra.

Apareció en 1539 y se le llamó la Gran Biblia, por causa de su enorme tamaño y costo. Las ediciones subsecuentes se llamaron Biblia de Cranmer, por razón de un prefacio que él escribió para la edición. En 1538 se dictó una orden, cuando se estaba imprimiendo esta Biblia, para que una copia de ella fuera colocada en cada iglesia en la tierra.

THE GENEVAN BIBLE (La Biblia de Ginebra). Con el ascenso al trono de María en 1553, cientos de protestantes perdieron su vida, algunos asociados de cerca con la traducción de la Biblia, como John Rogers y Thomas Cranmer. Algunos reformadores ingleses escaparon a Ginebra donde la figura dirigente era Juan Calvino. Uno de ellos, William Wittingham, quien se había casado con la hermana de Calvino, produjo en 1557 una revisión del NT en inglés, el primer NT en inglés impreso en tipo romano y con el texto dividido en vv. El y sus asociados publicaron después una revisión de toda la Biblia en 1560, la Biblia de Ginebra, o la Biblia Ceñidores (Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron ceñidores, Génesis 3:7).

THE BISHOPS’ BIBLE. (La Biblia de los Obispos). La Reina Elizabeth, quien sucedió a María Tudor como reina, restableció los arreglos de Eduardo VI. Se volvió a colocar la Gran Biblia en cada iglesia y se estimuló a la gente a leer las Escrituras. La excelencia de la Biblia de Ginebra hizo obvias las deficiencias de la Gran Biblia, pero algunas de las traducciones de la Biblia de Ginebra y las notas marginales la hicieron inaceptable para muchos clérigos. El Arzobispo Parke, auxiliado por ocho obispos y algunos otros eruditos, hicieron una revisión de la Gran Biblia, que completaron y publicaron en 1568 y es conocida como la Biblia de los Obispos, pero no es tan popular como la Biblia de Ginebra.

VERSIONES EN CASTELLANO. CASIODORO DE REINA hizo la primera traducción completa de la Biblia en español, basada en las lenguas originales (hebreo, arameo y griego) y fue publicada en 1569. No hay duda de que su traducción del NT se valiera de alguna de las labores anteriores de Francisco Enzinas, cuyo Nuevo Testamento apareció en 1543, y de Juan Pérez, cuyo Nuevo Testamento apareció en 1556. Es conocida como la Biblia del Oso por el grabado de un oso sacando miel de un panal, que se encuentra en la portada. Reina, por su fe  evangélica, fue perseguida en España, donde había comenzado la traducción de la Biblia. Huyó a Inglaterra en 1557 y más tarde a Suiza y todavía más tarde a Alemania, donde terminó su traducción. Y fue en Basilea, Suiza, donde la publicación se realizara en septiembre de 1569.

CIPRIANO DE VALERA, antiguo compañero de monasterio de Reina, en España, revisó la traducción de Casiodoro, logrando publicar, en Amsterdam, Holanda, el Nuevo Testamento en 1596 y la Biblia completa en 1602. A veces su Biblia, en la edición original, es conocida como la Biblia del Cántaro, por el grabado que lleva en su portada. Por muchos años la revisión de Cipriano se conoció como la “Versión de Valera”.

Durante el siglo XX, gracias a los esfuerzos de las Sociedades Bíblicas, la relación de la versión de Valera con la original de Reina ha vuelto a establecerse y, por lo tanto, las revisiones más recientes de esta versión evangélica de la Biblia se conocen como la versión Reina-Valera. Ha llegado a ser la versión más ampliamente usada en todo el idioma español. Esto se debe no solamente a los nuevos sistemas de distribución (la impresión original fue tan sólo de 1.100 ejemplares), sino a su fidelidad a los textos originales, a su claridad y su belleza del estilo literario.

Pero (como dijera Luis D. Salem en su artículo alusivo en la Biblia de Estudio Mundo Hispano) el éxito de esta versión de debe “a la elegancia, sencillez y actualidad de las  oportunas revisiones a que la dicha obra ha sido sometida a lo largo de sus cuatro siglos de existencia”. Comenta además: en Las revisiones son para las obras literarias como las operaciones quirúrgicas para el cuerpo humano: dolorosas, pero necesarias y vivificantes.”

Salem, aparte de la revisión original de Valera, menciona y da detalles sobre 14 diferentes revisiones entre los años 1708 y 1960. Aunque algunas de las revisiones han sido limitadas, otras, como la de 1909, introdujeron “unos 60.000 cambios de palabras y algo más de 100.000 cambios de ortografía y gramática”. También ha habido revisiones más recientes en los años 1977 (publicación por CLIE); 1979 (publicación de la Compañía Stampley); la Reina-Valera Actualizada (publicación de la Editorial Mundo Hispano como Biblia completa en 1989); una publicación por la Sociedad Bíblica Emanuel (en 1990); y una por las Sociedades Bíblicas Unidas (en 1995).

Otras traducciones evangélicas del Nuevo Testamento incluyen: El Nuevo Pacto, publicado originalmente en 1858 y posteriormente por la Casa Bautista de Publicaciones en León, México en 1916. La versión Hispano-Americana, publicada originalmente en 1916, revisada en 1953 (como la versión Latinoamericana; publicada más recientemente por Editorial Mundo Hispano como la versión hispanoamericana, revisión de 1953.

La traducción de Pablo Besson, hecha en la Argentina y publicada allí fraccionadamente entre los años 1912 y 1919; posteriormente por la Junta Bautista de Publicaciones en Buenos Aires en 1948 y después por las Editoriales Mundo Hispano y Palabra en 1981. El Nuevo Testamento Nueva Versión Internacional, publicado por la Sociedad Bíblica Internacional, 1979; el Nuevo Testamento “Nueva Vida”, publicado por la Editorial Mundo Hispano, 1980.

Otras traducciones evangélicas de la Biblia completa incluyen: la Versión Moderna, traducida por el Dr. Henry B. Pratt, publicada por la Sociedad Bíblica Americana en 1893. La versión popular, generalmente circulada bajo el título “Dios Habla Hoy”, publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas como Biblia completa en 1979.

La Biblia de las Américas, publicada por la Fundación Lockman, como Biblia completa en 1986. La Biblia al Día (la Santa Biblia en paráfrasis, que sigue la metodología de la “Living Bible” en inglés); el Nuevo Testamento ha sido circulado ampliamente bajo el título “Lo Más Importante Es el Amor”, publicado originalmente por la Editorial Unilit y la Editorial Mundo Hispano en 1979.

Hasta mediados del siglo XX, las traducciones católicas de las Sagradas Escrituras que más circulaban eran la Sagrada Biblia, de Felipe Socio de San Miguel (publicada en España originalmente en 1793) y la traducción de Félix Torres Amat y José Miguel Petisco (publicada en España por los años 1822 a 1824). Ambas se basaban principalmente en la Vulgata latina. Desde mediados del siglo XX ha habido numerosas versiones católicas del Nuevo Testamento y de la Biblia completa. Y, en la mayoría, si no en todos los casos, las traducciones se han basado en las lenguas originales en vez de la Biblia en la versión Vulgata en lat.

Traducciones del Nuevo Testamento incluyen: El Nuevo Testamento versión de Juan de la Torre, en español y gr., publicado en Alemania, pero bajo auspicios de la Iglesia Católica Romana Argentina en 1909. El Nuevo Testamento, traducción del Dr. Guillermo Júnemann, publicado en Concepción, Chile en 1928. El Nuevo Testamento, traducción hecha por un grupo de profesores católicos y publicados en Madrid, España por la Asociación para el Fomento de los Estudios Bíblicos en España en 1954.

Y ha habido traducciones de toda la Biblia, dentro de la tradición católica, por José Straubinger, en 1948; por Nácar y Colunga, en 1944; por Bover y Cantera, en 1947; Por Fuenterrabía, en 1964; por Evaristo Martín Nieto, en 1964; por Pedro Franquesa y José Solé, en 1966; por Magaña, en 1979; y por Shokel y Mateos, en 1975. Todavía otras traducciones católicas han funcionado bajo sus nombres o editoriales, como la Biblia de Jerusalén (1967); la Biblia para Latinoamérica (1971); la publicación por Herder (1964); y la publicación por Ediciones Paulinas (1964).

En general, las traducciones del siglo XX han hecho uso de los descubrimientos recientes, tales como los Rollos del Mar Muerto, y una comprensión aumentada del heb., para producir traducciones más precisas y más claras. Su valor para quien realmente quiere entender el mensaje de las Sagradas Escrituras es incalculable.

LIBROS APOCRIFOS. Hay 15 libros y caps. Interpuestos entre los libros canónicos del AT en la antigua Biblia Vulgata lat. En las versiones actuales los libros apócrifos generalmente se presentan como nueve libros separados. En el Concilio de Trento (1546 d. de J. C.) la iglesia Católica Romana recibió como canónicos todos los materiales adicionales incluidos en la Vulgata con excepción de 1 y 2 de Esdras y la Oración de Manasés. Esa decisión se hizo en contradicción a la mejor tradición aun de la misma iglesia romana, en reacción a los reformadores, que reconocían sólo los libros que estaban en el canon de los judíos (cf. esp., Josefo, Contra Apionem 1:8), el canon aprobado por el Señor Jesucristo. Los siguientes libros se consideran Libros Apócrifos: 1 y 2 Esdras, Tobías, Judit, Adiciones a Ester, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, Epístola de Aristeas, la Oración de Asarías y el Cántico de los Tres Niños, Susana, Bel y el Dragón, la Oración de Manasés, y 1 y 2 Macabeos.

LIBROS APÓCRIFOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO. El término «apócrifos» significa «escondidos», y con él se designaron los libros no destinados al uso general, porque se consideraba que contenían verdades demasiado profundas para la mayoría, o porque se pensaba que contenían errores o herejías. El empleo evangélico (protestante) de este término, sin embargo, solo denota que estos libros no son canónicos, significado que se remonta a Jerónimo.

ORIGEN: De acuerdo con la tradición atestiguada por Jerónimo, existen 14 ó 15 libros apócrifos. Todos se originaron en el período intertestamentario, que va del siglo II a.C. al siglo I

  • Todos se escribieron originalmente en hebreo o en arameo, excepto Sabiduría, Oración de Manasés y 2 Macabeos, y gozaron de gran popularidad entre la numerosa colonia judía de Alejandría. Casi todos se incluyeron en la traducción griega del Antiguo Testamento llamada SEPTUAGINTA (LXX), que se hizo en esa ciudad. Ello implica que estos judíos, en cierta forma, los consideraron revestidos de la misma autoridad que los demás libros del Antiguo Testamento.

CANONICIDAD: Sin embargo, los rabinos que se reunieron en el llamado Concilio de Jamnia en 90 d.C. asumieron la tarea de fijar el CANON de los libros sagrados hebreos. Los criterios empleados por los rabinos fueron los siguientes:

  • Composición del libro en hebreo o
  • Antigüedad (por creerse que la profecía cesó con Esdras)
  • Ortodoxia:
  • Calidad

De acuerdo con estos criterios y otros factores, respecto a los cuales solo podemos conjeturar, los libros apócrifos quedaron excluidos del canon hebreo.

Sin embargo, la decisión de Jamnia no afectó a los cristianos de los primeros siglos  de nuestra era, puesto que su Biblia era el Antiguo Testamento griego (LXX). Es cierto que ningún libro apócrifo se cita directamente en el Nuevo Testamento; no obstante, los apócrifos parecen haber influido directa o indirectamente en algunos escritos neotestamentarios: cf. Mt 11.28–30 con Ecl 24.25–31; Mt 9.17 con Ecl 9.15; Lc 12.6–20 con Ecl 11.14–20; Ro 1.19–20 con Sb 13.1–9;

Ro 9.21 con Sb 15.7; Heb 1.3 con Sb 7.26; Heb 11.35 con 2 Mac 6.18–9.28.

Muchos padres de la iglesia antigua citaron estos libros sin reconocerlos como parte de la Biblia cristiana. Cirilo de Jerusalén (m. 381) y Jerónimo (m. 420) fueron más explícitos en distinguir los apócrifos de los libros canónicos del Antiguo Testamento. En su prólogo a los libros de Salomón, Jerónimo apunta que los apócrifos del Antiguo Testamento podían leerse para la edificación, pero «no para confirmar la autoridad de los dogmas de la iglesia». Los incluyó en el Antiguo Testamento de su versión latina de la Biblia (la Vulgata), pero señaló en los prólogos los libros que no se hallaban en el canon hebreo.

EVALUACIÓN PROTESTANTE. En el siglo XVI, Lutero y otros reformadores emplearon el Antiguo Testamento hebreo, que no contenía los apócrifos. Conocían los puntos de vista de Jerónimo y se alejaron de ciertas doctrinas que la iglesia de Roma basó en los apócrifos. En su versión alemana del Antiguo Testamento (1534), Lutero juntó los apócrifos, dispersos a través de la Vulgata, en una sola sección. Los colocó después del Antiguo Testamento y los encabezó con las siguientes palabras: «Apócrifos. Libros que no son tenidos por iguales a la Sagrada Escritura, pero cuya lectura es útil y buena». Otras traducciones protestantes de la Biblia a las lenguas vernáculas siguieron el ejemplo de Lutero, incluyendo la Biblia del Oso, de Casiodoro de Reina (1569).

Frente a esta actitud, la iglesia de Roma decretó, en el Concilio de Trento (1546), que quienes no reconocieran como sagrados y canónicos todos los libros contenidos en la Vulgata estaban «anatematizados». Libros como 1 y 2 Esdras y la Oración de Manasés, no incluidos en la lista de doce escritos declarados como canónicos en Trento, se publicaron más tarde en letra pequeña, a modo de apéndice, en la edición clementina de la Vulgata (1592). Debe observarse que los católicos romanos se refieren a los apócrifos como libros «deuterocanónicos», sin que ello implique menoscabo de su inspiración y autoridad.

En el artículo sexto de los «Treinta y nueve artículos de la religión», la iglesia anglicana recomienda la lectura de los apócrifos «por motivo del ejemplo de vida y la instrucción en las costumbres, pero no los emplea para establecer doctrina alguna».

La Confesión de Westminster (1647), que ha sido autoritativa para las iglesias presbiterianas (calvinistas) de habla inglesa, rechaza categóricamente los apócrifos y los despoja de cualquier viso de autoridad. En 1827, la Sociedad Bíblica Británica, seguida por la Sociedad Bíblica Norteamericana, decidió excluir los apócrifos en los ejemplares de la Biblia publicados por ella.

Ningún evangélico, por cierto, equipara los apócrifos con los libros canónicos. Sin embargo, los apócrifos constituyen un eslabón entre los dos testamentos, sin el cual se dificulta notablemente la comprensión del Nuevo Testamento, y puesto que formaban parte de la Biblia cristiana más antigua, los apócrifos deben estudiarse.

EL ORDEN DE LOS LIBROS APÓCRIFOS: Los libros individuales apócrifos del Antiguo Testamento se organizan en orden alfabético en la subsiguiente artículo. Pero aquí está el orden en el cual generalmente se organizan estos 15 libros en las Biblias que contienen los apócrifos.

  1. Primer libro de
  2. Segundo libro de Esdras.
  3. Tobías.
  4. Adiciones a
  5. El libro de la Sabiduría.
  6. Eclesiástico o Sabiduría de Jesús, el hijo de
  7. La carta de Jeremías.
  8. La oración de Azarías y el cántico de los tres jóvenes.
  9. Bel y el dragón.
  10. La oración de Manasés.
  11. Primer libro de los
  12. Segundo libro de los

DESCRIPCIÓN: A continuación damos un resumen del carácter, el contenido y la fecha de composición de los apócrifos (de los cuales los números 1, 2 Esdras y La oración de Manasés no se imprimen en las Biblias catolicorromanas).

  1. PRIMER LIBRO DE ESDRAS (3 Esdras en la Vulgata) Es una traducción y compilación de 2 Cr 1–36.21, aumentada por la adición de un pasaje largo (3.1–5.3). Relata cómo Zorobabel obtuvo de Darío la autoridad y los fondos para reanudar la reconstrucción de los muros de Jerusalén y del templo. Se supone que fue escrito después del 150 a.C.
  2. SEGUNDO LIBRO DE ESDRAS (4 Esdras en la Vulgata) Es un libro apocalíptico que contiene en los 3–14 siete visiones al parecer otorgadas a Esdras en Babilonia durante el siglo VI

a.C. El autor está obsesionado por la razón del mal y del sufrimiento humano y procura justificar ante los hombres los caminos de Dios. El autor de estos caps. Fue un judío desconocido que quizás escribió en arameo hacia fines del siglo I d.C. Los caps. 1, 2 y 15, 16 son adiciones posteriores de dos autores cristianos.

  1. TOBÍAS: Es un relato popular y edificante. El ángel Rafael soluciona los problemas de Tobit y de Sara, dos judíos piadosos, por mediación de Tobías, hijo de Tobit. El libro destaca los deberes con los muertos y el consejo de dar limosna. Apareció en el siglo II C.
  2. JUDIT: Relata cómo una bella viuda judía, Judit, le cortó la cabeza a Holofernes, comandante asirio que sitiaba la ciudad de Betulia, y así salvó a los israelitas. La historia está repleta de errores y dislates históricos y geográficos que tal vez introdujo adrede el autor para centrar la atención en el drama religioso que constituye el fondo del relato. Es probable que el libro se escribiera en hebreo, alrededor del 100 C.
  3. ADICIONES A ESTER: En el siglo I o II a.C. un tal Lisímaco (11.1) tradujo el texto hebreo de Ester al griego. En seis lugares distintos de la narración griega, él, u otro autor, introdujo pasajes que no se hallan en el texto hebreo y que suman 107 versículos. Todas estas adiciones, menos una, mencionan el nombre de Dios (recuérdese que el texto masorético no se refiere ni una sola vez a Dios). En la Vulgata estas adiciones se agregan al final del texto canónico, pero en la Biblia de Jerusalén están intercaladas en letra cursiva en los lugares correspondientes al texto canónico.
  4. EL LIBRO DE LA SABIDURÍA: Aunque insinúa que su autor fue Salomón, en realidad lo escribió en griego un judío helenizado, quizás de Alejandría, entre 100 y 50 a.C. El autor parece tomar en cuenta diferentes clases de lectores: judíos tibios y apóstatas (caps. 1–5) y judíos fieles pero desanimados por las persecuciones (caps. 10–12 y 16–19). A posibles lectores gentiles les ofrece una apología a favor de la verdad del judaísmo y señala la insensatez de la idolatría (caps. 6–9 y 13–15). Recalca la creencia en la inmortalidad del alma (rasgo típicamente helenista) y ensalza el papel de la sabiduría, que se identifica con Dios en el gobierno del mundo (7.22–8.1).
  5. ECLESIÁSTICO: Se escribió en hebreo en 190 ó 180 a.C. por un judío de Palestina llamado Jesús (en hebreo, Josué), hijo de Sirac (50.29). Unos cincuenta años después el nieto del autor llevó un ejemplar a Egipto, donde lo tradujo al griego (véase el Prólogo). Este libro recalca que la sabiduría es la ley que Moisés proclamó (24.33, 34). Una recopilación muy variada de máximas la encontramos en 1.1–42.4. Aquí se ensalzan sobre todo la prudencia y la autodisciplina. Es muy conocido el «elogio de los hombres ilustres» (44.1–50.21), que empieza con Enoc y termina con el sacerdote Simón II (220–195 C.).
  6. BARUC: Se atribuye al escribano de Jeremías. El libro contiene una oración de confesión y de esperanza (1.15–3.8), un poema que alaba la sabiduría (3.9–4.4) y una pieza profética (5– 5.9) donde el autor anima a los cautivos con la esperanza de su regreso del cautiverio. Es posible que en realidad el libro haya tenido dos o más autores; el más reciente de ellos tal vez vivió poco antes o después de la era cristiana.
  7. LA CARTA DE JEREMÍAS: Aparece en la Vulgata y demás traducciones catolicorromanas como el cap. 6 de Baruc. Pero la LXX conserva aparte esta carta. Se trata de una diatriba que ridiculiza la idolatría crasa de Babilonia. Se desconocen la identidad y la fecha del
  8. LA ORACIÓN DE AZARÍAS Y EL CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES: Es una adición hallada en la versión griega y latina de Daniel, colocada entre 3.23 y 3.24 del texto canónico (donde se halla también en las traducciones catolicorromanas). Posiblemente se escribió en hebreo entre los siglos II y I a.C. El cántico de los tres jóvenes sigue usándose en varias liturgias modernas (p. ej., en la anglicana y en la luterana) con el título de
  9. SUSANA: Es una historia de tipo «detectivesco» en que Daniel pone al descubierto las falsas acusaciones que dos ancianos lascivos lanzaron contra Susana, mujer judía muy virtuosa y bella. En la Vulgata se agrega al último capítulo de Daniel (en las demás traducciones catolicorromanas figura como el cap. 13 de Daniel). El autor es desconocido y el relato se compuso durante los dos siglos anteriores a la era
  10. BEL Y EL DRAGÓN: Es otra historia de tipo «detectivesco» dirigida contra la idolatría. Daniel descubre los ardides de los sacerdotes del ídolo Bel y después mata a la serpiente adorada por los babilonios. Por segunda vez lo echan al foso de los leones y lo salvan. El autor, la fecha y el lugar de composición se desconocen. La Vulgata también anexa esta adición al libro canónico de Daniel y en las otras traducciones catolicorromanas figura como el cap. 14 de
  11. LA ORACIÓN DE MANASÉS: Es una plegaria en que Manasés confiesa con humildad sus muchas transgresiones y pide perdón a Dios. Probablemente se compuso para insertarse en 2 Cr 33.12, 13, Se escribió en griego, tal vez ya comenzada la era cristiana. Aunque no forma parte del censo de los libros canónicos adoptados en Trento, se incluye casi siempre en un apéndice de la Vulgata. Que se sepa, no existe traducción castellana.
  1. PRIMER LIBRO DE LOS MACABEOS. Es de alto valor histórico. Destaca la resistencia a los esfuerzos de Antíoco Epífanes IV de Siria por erradicar la religión judía y por helenizar a los judíos, y relata las hazañas de los hermanos Judas Macabeo, Jonatán y Simón, durante las invasiones de los sirios y las peripecias históricas ocurridas entre 175 y 134 a.C. El autor fue un judío de Palestina que escribió en hebreo alrededor de 100 a.C., pero el texto hebreo se ha
  2. SEGUNDO LIBRO DE LOS MACABEOS. Es un resumen de una obra de 5 tomos escrita por Jasón de Cirene (2.19–32). El libro trata de la historia de los judíos entre 175 y 160 a.C. El estilo es exhortatorio y el fin es agradar y edificar (2.25; 15.39). El autor escribió para los judíos de Alejandría, con el fin de despertar en ellos un interés por el templo de Jerusalén. El libro da por sentado la fe en la resurrección de los justos y recomienda la oración y el sacrificio de expiación por los difuntos (12.41–46). Tiene mucho menos valor histórico que 1 Macabeos. Se escribió en griego entre 124 a.C. y 70 C.

LIBROS APÓCRIFOS DEL NUEVO TESTAMENTO: Obras que, aunque pretenden dar información acerca de Cristo y los apóstoles, o incluso estar escritas por estos, se excluyen del CANON del Nuevo Testamento. Se consideran distintas de la literatura patrística (también extracanónica), de la cual algunos escritos gozaron de gran popularidad en ciertas iglesias durante los primeros dos siglos; p. ej., el Pastor de Hermas, la Didajé y Las epístolas de «Bernabé», Clemente de Roma, Ignacio y Policarpo. Más bien, los libros apócrifos nacieron principalmente de la curiosidad y piedad populares, y su orientación teológica delata su procedencia gnóstica (GNOSTICISMO). En su mayoría, se escribieron en griego. Solo de algunos se conserva el texto completo; para otros dependemos de citas en escritos posteriores.

EVANGELIOS APÓCRIFOS: Preocupados por las lagunas en las narraciones canónicas, algunos autores de los siglos II a IV, a veces evidentemente heréticos, las rellenaron con episodios pintorescos.

Estos escritos casi nunca merecen el nombre de EVANGELIOS, porque su género literario es muy diferente. El Evangelio de los hebreos procede de Siria, de judeocristianos que conocían nuestro Mateo canónico. Más heterodoxo todavía es el Evangelio de los egipcios, que incluye un diálogo entre Cristo y Salomé sobre el repudio de toda relación sexual.

Entre los papiros se han hallado varios fragmentos, como el Evangelio de Tomás (véase abajo) y el Evangelio desconocido (Papiro Egerton 2), que data del año 100. Se han descubierto documentos que subrayan la pasión (Evangelio de Pedro y el de Nicodemo) y exageran lo milagroso. Otros describen la infancia de Jesús (Protoevangelio de Santiago, Evangelio [árabe] de la infancia del Salvador, etc.) y multiplican puerilmente los prodigios hechos por Jesús. Además, hay evangelios menos importantes que se llaman de los doce apóstoles, de Matías, de Judas, de Bartolomé, etc.

En Jenoboskion (Egipto) se descubrió en 1945 una biblioteca de literatura gnóstica (Nag Hammadi) escrita en copto, la cual brindó tres documentos de gran valor: el Evangelio de la verdad, escrito en Roma ca. 140 d.C., que medita enigmáticamente sobre la redención; el Evangelio de Tomás, procedente de Siria, que da 114 dichos de Jesús gnostizados; y el Evangelio de Felipe, en el que se rechaza enfáticamente todo lo sexual. El cotejo de estos libros con los canónicos es un estudio útil que llevará muchos años todavía.

HECHOS APÓCRIFOS: Para satisfacer la curiosidad popular respecto a la suerte de los  apóstoles (sus milagros, viajes y martirio) algunos cristianos de siglos posteriores rellenaron las lagunas del libro de Hechos. El resultado incluye ciertos datos de innegable valor, pero los hay también netamente fantásticos, de tendencia apologética y herética. Dignos de mención son: Hechos de Pedro, de Pablo, de Andrés, de Juan, de Tomás, etc., Predicación de Pedro y Romance (Pseudo Clementino).

EPÍSTOLAS APÓCRIFAS: Aun durante la vida de Pablo hubo falsificadores de su firma (cf. 2 Ts 3.17), pero en los siglos II y III esta literatura seudoepigráfica llegó a su apogeo, sobre todo en Siria y Egipto. A veces sus autores procuran acreditar aparentes privilegios de determinadas iglesias; otras veces pretenden suplir epístolas apostólicas, ahora perdidas. Títulos de interés son: Correspondencia entre Cristo y Agbar rey de Edesa, Epístola de los apóstoles, Tercera de corintios, Epístola a los laodiceos y Correspondencia entre Pablo y Séneca.

APOCALIPSIS APÓCRIFOS: Todo el aparato apocalíptico (APOCALIPSIS) de visiones, arrebatos y apariciones angélicas está presente en estas obras. En ciertos sectores el Apocalipsis de Pedro gozó de reputación canónica en el siglo II; en menos valor se tuvieron los Apocalipsis de Pablo, de Juan (no canónico), de Tomás y Esteban y de María.

El análisis de estos libros es una tarea delicada; el cristiano que busca en ellos datos genuinos de la TRADICIÓN, tropieza con mucho material ficticio y espurio sin valor alguno para la sana doctrina y edificación de la iglesia.

BIENAVENTURANZA

Ver. SERMÓN DEL MONTE.

BILDAD

Uno de los tres amigos de JOB que fueron a consolarlo (2.11) y que entablaron con él  un largo diálogo en busca de las razones de su desgracia. Bildad interviene en 8.1; 18.1 y 25.1. Su identificación como «suhita» lo relaciona con una tribu aramea que merodeaba al sudeste de la Tierra Santa.

BILHA

(TRANQUILA).

En el Antiguo Testamento, el nombre de una ciudad y una mujer.

  1. Sirvienta de Raquel que, por causa de su propia esterilidad, se la dio por concubina a Jacob. Fue madre de DAN y de NEFTALÍ (Gn 30.1–8; cf. Gn 35.22; 4).
  2. Ciudad de los descendientes de Simeón (1 Cr 29.

BITINIA

Territorio en la parte noroeste de Asia Menor. Colinda al oeste con el mar de Mármara y Misia, al norte con el mar Negro, al sur con Galacia y Frigia, y al este con la antigua región de Paflagonia. Su nombre primitivo fue Bebricia, pero el actual parece derivarse de los tinios, tribu tracia que dominó la región.

Formó parte del reino de Lidia y del Imperio Persa, y llegó a ser independiente con la victoria de Alejandro Magno. Cayó más tarde en poder de los romanos y Pompeyo la constituyó, junto con el Ponto, en provincia proconsular (65–63 a.C.).

Pablo intentó ir a Bitinia entrando por Misia, pero el Espíritu no se lo permitió (Hch 16.7).

La mención de Bitinia en 1 P 1.1 y en las cartas de Plinio el Menor, comisionado especial de Bitinia y el Ponto (111–113 d.C.), indica la existencia de congregaciones cristianas allí.

BLANCA

(EN GRIEGO, LEPTON, PEQUEÑO).

Única moneda judía mencionada en el Nuevo Testamento. Era de cobre y equivalía a la mitad del CUADRANTE romano (Mc 12.42). Representaba la moneda de menor valor (Lc 12.59). La viuda echó dos blancas al ARCA porque la tradición rabínica las establecía como la ofrenda mínima.

BLANCO

Ver. COLORES.

BLASFEMIA

El Antiguo Testamento designa como blasfemia toda expresión o acción injuriosa e irreverente contra Dios o sus representantes. A veces era simplemente un pensamiento no expresado (Job 1.5).

Tanto se temía incurrir inconscientemente en la blasfemia que prohibía el tercer mandamiento (Éx 20.7; Dt 5.11), que los judíos, prefiriendo una forma alterada, dejaron de pronunciar el nombre de Dios, por lo que hoy se ignora la verdadera pronunciación de «Jehová» (Is 52.6; Ez 36.20). En el libro de Ester hasta se suprimió el nombre divino, para que los paganos no lo blasfemaran al leerlo. Los pecados de Israel y los castigos que sufrió podían también motivar la blasfemia de los enemigos (2 S 12.14; Sal 74.10, 18; Is 37 passim; 52.5).

La blasfemia se castigaba con la muerte (Lv 24.10–16; 1 R 21.10, 13; cf. La lapidación de → ESTEBAN en Hch 6.13). Profanar el sábado también se consideraba blasfemia (Nm 15.32ss).

En el Nuevo Testamento se concibe la blasfemia con la misma seriedad que en el Antiguo Testamento. La más grave acusación contra Jesús fue la de blasfemia (Mt 9.3; Mc 2.7; 14.64; Lc 5.21), aunque al denunciarle ante las autoridades romanas, tenían que acusarle de ofensas civiles (Lc 23.2). En cambio, para los primeros creyentes, era blasfemia despreciar a Cristo (Mt 27.39; Mc 15.29; Lc 22.65 [injuriaban o blasfemaban, en griego]; Hch 13.45; 18.6).

El mayor pecado que la Biblia registra es la blasfemia contra el Espíritu Santo (Mt 12.31s; Mc 3.28s). Para la debida interpretación de este tipo de blasfemia, deben compararse Heb 6.4–6 y 1  Jn  5.16s.  Estos  versículos  constituyen  una  solemne  advertencia  contra  el  deliberado  y persistente rechazo de la salvación en Cristo que ofrece a los pecadores el Espíritu Santo. Tal actitud es blasfemia contra el Espíritu que al final «no le será perdonada». Vivir de manera que se menosprecie la fe también es blasfemia muy grave (1 Ti 1.20; 2 P 2.2).

En la cultura helénica la blasfemia no implicaba consecuencias tan funestas. Significaba más bien varios grados de difamación como burla o calumnia (Col 3.8; 1 Ti 6.4; Ap 2.9).

BOANERGES

(EN HEBREO O ARAMEO, HIJOS DEL TRUENO).

Apodo que Jesús dio a los hijos de Zebedeo según Mc 3.17. Marcos no explica por qué, pero la conducta  de  los  dos  relatada  en  Lc  9.49,  51–56  es  indicativa.  Se  supone  que  el  carácter «tronador» de Jacobo  motivó su martirio  (Hch 12.2). Pero es  notable que Juan llegara  a ser el «apóstol del amor».

BOAZ

Ver. JAQUÍN .

BOCA

Órgano para emitir la voz con la colaboración de los dientes y la LENGUA. La primera parte del sistema digestivo.

En los dos testamentos se habla de la boca del hombre, de los animales y, como un antropomorfismo, de la boca de Dios. Metafóricamente, también las cosas inanimadas tienen boca: el pozo (Sal 69.15), el costal (Gn 42.27), la tierra (Gn 4.11; Ap 12.16).

El que habla por otro se constituye en boca de aquel (Éx 4.16), de ahí que la boca se relacione también con la palabra del otro (Dt 17.6).

Según las enseñanzas de Cristo, la boca revela las intenciones del corazón (Lc 6.45).

BOCINA

Instrumento musical de viento, cuyo nombre, la mayoría de las veces en el Antiguo Testamento, constituye una traducción de los términos hebreos shofar o qeren, que significan CUERNO. Era más un instrumento de señal o alarma que de música, y aparece en las campañas militares de Josué (Jos 6.20) y de Gedeón (Jue 7.16–22, RV- 1909); tal vez la TROMPETA que Pablo menciona (p. ej., 1 Co 14.8) sea una bocina.

La bocina también se menciona entre los instrumentos de la orquesta de Nabucodonosor (Dn 3.5). Sin duda, las primeras se hicieron de cuernos de animales y para ello servía cualquier tipo de cuerno, excepto los de vaca. Para anunciar el año nuevo se hacía sonar en el templo un cuerno de macho cabrío; era recto y con la boquilla enchapada de oro. El cuerno usado en los días de ayuno era de carnero, curvado y con la boquilla enchapada de plata. Aún se usa en la sinagoga.

BODAS

Ver. MATRIMONIO.

BOLSA

Pequeño saco hecho de piel o seda tejida, que por lo general se sujetaba al cinturón y servía para guardar monedas (Pr 1.14; 7.20; Lc 22.35s). Los comerciantes la usaban también para guardar las pesas (Dt 25.13; Is 46.6; Miq 6.11). Colgada del cuello, la «bolsita de mirra» (Cnt 1.13, BJ) perfumaba los pechos de la amada.

En el Oriente el cinturón mismo se usaba como bolsa; a esta práctica alude Jesús en Mt 10.9.

La palabra traducida bolsa en Jn 12.6 y 13.29 se refiere en realidad a una cajita como la que los músicos de oboe usaban para llevar sus lengüetas; allí Judas guardaba los fondos comunes de los doce.

La expresión «saco roto» (Hag 1.6) es alusión simbólica a una economía y un bienestar ficticios. Igualmente metafóricas son las bolsas de Lc 12.33, ya que las que contenían grandes cantidades se sellaban (Job 14.17). También se habla de la «bolsa de la vida» (1 S 25.29, BJ).

BOOZ

Hombre acomodado de Belén (Rt 2.3–4), descendiente de Judá y pariente de ELIMELEC, el marido de NOEMÍ (Rt 2.1). Hacendado benevolente según su tradición patriarcal. Fue hombre de buen espíritu y estricta integridad. Aprobó que RUT, la moabita, viuda del hijo de Elimelec, recogiera espigas en sus campos. Luego, por la ley del LEVIRATO, la redimió tomándola por esposa. Fue padre de OBED y abuelo de DAVID. Así vino a formar parte del linaje real de Judá al que pertenecía el Mesías (Rt 1–4; Mt 1.5).

Posiblemente, una de las columnas del templo de Salomón llevaba su nombre (1 R 7.21; 2 Cr 3.17).

BORDE

Ver. FLECOS.

BORRACHERA

Ver. EMBRIAGUEZ

BOSRA

(PASTOR).

Nombre de dos ciudades en el Antiguo Testamento.

  1. Capital de Edom, ciudad muy antigua (Gn 36.33; 1 Cr 1.44; Is 34.6; 63.1; Jer 49.13, etc.). Se identifica con la moderna ciudad de Buseira, 32 km al sudeste del mar Muerto y 50 km al norte de Petra. Fue ciudad inexpugnable en tiempo de los edomitas y sede de las principales guarniciones de estos en el norte de Edom. Protegía los caminos a las minas de cobre en el Arabá. Para los profetas era símbolo de oposición; destruir esta ciudad equivalía a destruir todo Edom. Por tanto, profetizaban su destrucción por mano de Dios (Am 1.11, 12).
  2. Ciudad de Moab (Jer 48.24), cuya identificación es incierta. Puede ser la ciudad de Buzrah, 95 km al sur de Damasco, pero otros la identifican con BEZER, ciudad de refugio (Dt 43).

BOTÍN

Ver. DESPOJOS.

BOXEO

Ver. JUEGOS DEPORTIVOS .

BRAZA

Medida marina de profundidad, de origen griego, cuya dimensión es la distancia entre las dos extremidades de los brazos extendidos horizontalmente. Representaba aproximadamente 1, 85 m (Hch 27.28).

BRAZALETE

Adorno en forma de aro o argolla que usaban hombres y mujeres en uno o en ambos brazos (Gn 24.22; Ez 16.11).

En 2 S 1.10 se menciona una argolla, signo de realeza, en el brazo de Saúl. Los brazaletes se consideraban valiosa ofrenda de sacrificio (Nm 31.50).

BRAZO

Símbolo de fuerza en hebreo y otros idiomas del Cercano Oriente antiguo. A menudo se emplea la frase el «brazo extendido de Jehová» para señalar un acto poderoso de Dios: p. ej. La liberación del pueblo de Israel de Egipto (Éx 6.6; Dt 4.34; 5.15; 9.29, etc.). La redención lograda por el SIERVO SUFRIENTE es una manifestación del «brazo de Jehová» (Is 53.1). El poderoso «brazo de Jehová» contrasta con el «brazo de carne» (2 Cr 32.8). Los «brazos eternos» son el refugio seguro del pueblo de Dios (Dt 33.27).

BREA

Ver. ASFALTO.

BRONCE

Traducción del término hebreo nehoset y el griego jalkós que designan tanto al cobre como a su aleación con el estaño u otro metal. La primera referencia bíblica se halla en Gn 4.22.

El bronce se usó en la construcción y ornamentación del tabernáculo, bajo la dirección de Bezaleel y Aholiab (Éx 31.2ss). La industria del bronce se desarrolló mucho durante el tiempo de Salomón (1 R 7.13–46). Además, se empleaba para adornos, armas y cerrojos (1 R 4.13).

En el lenguaje figurado es un símbolo de fuerza, resistencia y poder (Job 6.12; Sal 107.16; Jer 1.18); de riqueza (Is 60.17); de falta de amor (1 Co 13.1); de pueblos irreligiosos e inmorales (Jer 6.28).

BUENOS PUERTOS

Bahía en el litoral meridional de la isla de Creta, cerca de la ciudad de Lasea, donde permaneció algún tiempo la nave en la que Pablo iba prisionero a Roma ( Hch 27.8–12 ). El apóstol aconsejó invernar allí, ya que el puerto, a unos 8 km al este del cabo Líthinon, la punta más al sur de la isla, estaba protegido del temible viento del noroeste. No oyeron su consejo y más tarde naufragaron. Hoy una aldea con solo treinta casas conserva el antiguo nombre, Kalí Limniones.

BUEY

Macho del ganado bovino que castran cuando alcanza su desarrollo. En la Biblia la distinción entre buey y toro muchas veces depende del contexto, porque la terminología bíblica no indica claramente la diferencia. Tanto en condiciones nómadas como sedentarias, entre los judíos la posesión de muchos bueyes era signo de riqueza (Job 1.3). Se apreciaban como animales de trabajo para halar carros (2 S 6.6) y el arado (Dt 22.10; 1 R 19.19; Job 1.14; Am 6.12), para trillar (Dt 25.4; 1 Co 9.9) y llevar carga (1 Cr 12.40). El estiércol del buey servía de combustible para cocinar (Ez 4.15).

El cuidado y la responsabilidad del dueño del buey estaban debidamente reglamentados (Éx 21.28–22.15).

El buey era animal limpio y se podía comer (Dt 14.4). Su carne se servía sobre todo en ocasiones especiales (1 R 4.23; Neh 5.18; cf. «novillos» en Am 6.4). También se usaba como animal de sacrificio (Lv 9.4; 22.23; Nm 7 passim).

El buey y el toro se asociaban con la adoración de los dioses en el Oriente; el buey por su fuerza y el toro por su fecundidad (BECERRO). El mar fundido del templo de Salomón descansaba sobre doce bueyes (1 R 7.25) y las diez basas de bronce tenían en sus tableros figuras de leones, bueyes y querubines (1 R 7.29). En la visión de Ezequiel, una de las caras de los seres vivientes es de buey (Ez 1.5–10; cf. Ap 4.7).

BÚFALO

Casi con certeza es el bos taurus primigenius, especie extinguida pero ampliamente difundida en todo el mundo antiguo. (Unicornio en la RV-1909 que sigue la traducción errónea de LXX, monóqueros de la palabra hebrea reem.) El búfalo, de acuerdo con la Biblia, era de gran tamaño y fuerza (Nm 23.22; 24.8), indomable y feroz (Job 39.9, 10), muy peligroso para cazarlo por sus cuernos (Dt 33.17; Sal 92.10).

Simboliza el poder del pueblo de Dios (Nm 23.22; 24.8), un enemigo poderoso (Sal 22.21), la fuerza que Dios da (Sal 92.10), y quizás simbolice en Is 34.7 a los gobernantes o príncipes de Edom.

BUL

(LLUVIA).

Mes hebreo de origen fenicio-cananeo. El segundo mes del calendario civil y el octavo del litúrgico. Corresponde a octubre-noviembre. En bul comenzaban las lluvias. Era el tiempo para arar y cosechar los higos de invierno (1 R 6.38). (MES)

BUZ

Segundo hijo de Nacor y Milca, hermano de BETUEL (Gn 22.20, 21) y antecesor de los buzitas. El nombre se encuentra en Jer 25.23 al lado de Dedán (Gn 10.7) y Tema (Gn 25.15) y tal vez se refiere a un pueblo vecino de Edom.

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